El escrutinio parcial de las elecciones intermedias en Estados Unidos arroja una ventaja de los republicanos ―aunque por la mínima― en la Cámara de Representantes (se renueva en su totalidad) y deja todavía en el aire la composición del Senado (se elige a un tercio de sus miembros), donde hasta ahora se repartían al 50% los escaños demócratas y republicanos (el voto de desempate correspondía a la presidenta de la Cámara, la vicepresidenta Kamala Harris).
Al final de una campaña que enfrentó una protesta republicana por la inflación, el crimen y la agenda de Biden contra las advertencias demócratas de extremismo de derecha, los estrategas de ambos partidos dijeron que esperaban que los republicanos recuperaran la Cámara una vez que se contaran todos los votos.
La conquista demócrata de Pensilvania es clave, pero la disputa sigue en el aire en cuatro Estados: Georgia, Nevada, Wisconsin y Arizona. Entre los triunfadores indiscutibles de la noche está el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ha logrado la reelección (se celebran comicios a gobernador en 36 Estados), con lo que consolida sus aspiraciones a la presidencia de 2024.
Durante la jornada se han producido disputas sobre el procedimiento y el escrutinio. Las máquinas se han averiado en distintos condados de Texas y Arizona y el procedimiento ha sido objeto de impugnación en Pensilvania.
El expresidente Donald Trump ha vuelto a sembrar dudas sobre la limpieza del proceso.
Kentucky, donde los republicanos dominan ambas cámaras, se ha convertido este miércoles en el cuarto de cinco Estados (junto a Míchigan, California y Vermont) que han protegido los derechos de las mujeres en la jornada electoral.