Por Rosalía Quintá Uresti
Sin pena ni gloria y dejando plantados a muy pocos ciudadanos que querían manifestar alguna petición, concluyó en Reynosa la gira del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
La reunión que se llevó a cabo en las instalaciones de la Aduana Fronteriza de Reynosa, fue privada y en la que sólo estuvieron las autoridades aduanales y el Secretario de Seguridad Luis Cresencio Sandoval y que tuvo una duración de aproximadamente 50 minutos.
El mandatario federal llegó por tierra a las instalaciones aduanales del puente internacional Reynosa- Pharr a bordo de su camioneta blindada color negro, solo dos o tres personas pudieron entregarle un sobre con sus peticiones, ya que no se detuvo ante el grupo de menos de diez ciudadanos que acudieron a verlo.
Sin embargo una vez que concluyó la reunión, su partida, rumbo a Nuevo Laredo, fue en helicóptero de la Sedena, dejando desencanto entre las personas que lo esperaban para plantearle alguna problemática personal, verlo o tomarse la clásica selfie con el presidente.
En esta visita del Presidente de México dejó claro que atrás quedó el clásico grito de “es un honor estar con obrador”, ya el pueblo que lo sigue no acudió a vitorealo.