La deuda bruta nacional excedió los 32 billones de dólares por primera ocasión este viernes, dejando de manifiesto la inquietante trayectoria fiscal del país mientras Washington se prepara para otro combate sobre el gasto del gobierno.
Un reporte del Departamento del Tesoro hizo notar el hito semanas después que el Congreso acordó suspender el límite reglamentario sobre el límite de la deuda del país, dando por terminado un estancamiento que duró meses.
Se llegó a la marca de los 32 billones de dólares nueve años antes de los pronósticos previos a la pandemia, reflejando los billones de dólares de gasto de emergencia para solucionar el impacto del Covid-19 junto con una racha de bajo crecimiento en la economía.
Republicanos y demócratas han expresado preocupación acerca de la deuda del país, aunque ningún partido ha mostrado voluntad para solucionar los factores importantes que la provocan, como el gasto en Seguridad Social y Medicare.
El reciente acuerdo bipartidista para suspender el límite de la deuda durante dos años recorta el gasto federal en 1.5 billones de dólares durante una década, de acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso, congelando esencialmente parte del financiamiento que había proyectado incrementar el próximo año y luego limitar el gasto a un crecimiento del 1 por ciento en el 2025.
Aunque la deuda va a superar los 50 billones de dólares al final de la década, aun después que los recién aprobados recortes sean tomados en cuenta.
Mark Zandi, jefe de economistas de Moody´s Analytics, dijo que durante el estancamiento en el mes de mayo esos recortes al gasto propuestos por los legisladores no pudieron solucionar los costos de los programas de seguridad social.
Aunque evitar la moratoria impidió una crisis inmediata, dijo, el incremento de la deuda es un problema persistente que tiene que solucionarse.
En esta semana, el Comité de Apropiaciones de la Cámara empezó a considerar sus siguientes propuestas de gasto y para tranquilizar al ala conservadora de la mayoría republicana, dio indicios de que financiaría las agencias federales en niveles más bajos que los que el presidente Biden y el presidente de la Cámara Kevin McCarthy acordaron.
Si no se aprueban ni se reconcilian las propuestas de la Cámara y el Senado para el 1 de octubre, provocará un cierre gubernamental. Y si las propuestas individuales no son aprobadas para finales del año, un recorte automático del 1 por ciento entrará en vigor.
Agencias.