Carlos García e Isaac del Toro no sólo han refrescado el ciclismo nacional con victorias; lo han hecho con personalidad y una amistad que se forjó en la carretera
La punta de lanza es Isaac del Toro, que ha convertido su talento en bandera. Campeón del Tour de Francia juvenil, subcampeón del Giro y vencedor reciente Vuelta a Austria, un rostro que se está volviendo habitual en las grandes ligas del ciclismo europeo.
Pero no está solo. En su camino, con piernas explosivas y sueños de gloria, aparece Carlos Alfonso García, un coahuilense que hace unos días inscribió su nombre en la historia reciente del ciclismo nacional con su primera victoria profesional en la Magnífica Qinghai de China, un triunfo cocinado al sprint, en un final dramático que confirmó que México compite para ganar.
Su logro en Qinghai es símbolo del avance de un pelotón tricolor que se empezó a cocinar hace tiempo. Carlos no lo olvida. Todo comenzó hace 12 años gracias a un tío que lo puso a pedalear. Pronto, lo que era un juego se transformó en vocación, y después en oficio. De competencias juveniles pasó al Monex, un equipo mexicano de desarrollo que en 2019 firmó a las más grandes promesas nacionales para llevarlos al viejo continente:
“Era toda una generación, casi todos de la misma edad, con el mismo sueño… algunos se fueron quedando, otros tomaron otro camino, pero Isaac y yo seguimos con otros cuantos compañeros”.