El mal clima forzó a SpaceX a aplazar por segunda vez el décimo vuelo de prueba de su cohete Starship, que ahora podría realizarse el martes. El objetivo es probar la resistencia de la nave superior durante un vuelo que terminará en el océano Índico. Este proyecto es crucial tanto para la meta de Elon Musk de colonizar Marte como para el programa Artemis de la NASA de regresar a la Luna.
El gigante de acero de 123 metros, listo para despegar en su base de Texas, ya había sido retrasado el día anterior debido a una fuga.
Desafíos y preocupaciones
A pesar de los éxitos de SpaceX con sus cohetes Falcon y las naves Dragon, que transportan astronautas, el Starship enfrenta un creciente escepticismo. Los tres vuelos de prueba de 2025 terminaron con la explosión de la nave superior, lo que ha generado dudas sobre su viabilidad. Aunque la compañía sigue su filosofía de “fallar rápido, aprender rápido“, todavía enfrenta desafíos técnicos enormes, como desarrollar un escudo térmico reutilizable, lo que podría retrasar el programa lunar de la NASA.