El Sol, después de más de tres décadas de baja actividad, está despertando. Un estudio reciente de la NASA revela que desde 2008, el Sol ha mostrado un incremento progresivo en su actividad, un fenómeno que ha sorprendido a los científicos.
Este hallazgo contradice las predicciones previas de que el Sol entraría en una fase de “mínimo solar profundo”. La investigación, publicada en la revista Astrophysical Journal Letters, detalla un aumento en las explosiones de plasma solar y la intensidad de los campos magnéticos del Sol.
Este resurgimiento en la actividad del Sol es significativo porque el clima espacial puede tener un impacto directo en la Tierra. Las tormentas solares, fulguraciones solares y eyecciones de masa coronal pueden afectar a la tecnología moderna, incluyendo satélites, sistemas GPS, redes eléctricas y comunicaciones por radio.
De hecho, en mayo de 2024, se registró la tormenta geomagnética más fuerte en 20 años, la cual causó la aparición de auroras boreales en regiones mucho más al sur de lo normal.
Ante este panorama, la NASA está reforzando sus esfuerzos de monitoreo. La agencia ha anunciado nuevas misiones y el lanzamiento de observatorios espaciales, como el Observatorio Geocorona Carruthers y la misión IMAP, para entender mejor el comportamiento del Sol y sus efectos. Esta vigilancia es crucial para proteger tanto la infraestructura terrestre como las futuras misiones espaciales.