El rompimiento de las relaciones diplomáticas entre Perú y México se debe directamente a la decisión del Gobierno mexicano de conceder asilo a Betssy Chávez, la ex primera ministra del destituido presidente Pedro Castillo, quien se refugió en la embajada de México en Lima.
- Posición de México: Las autoridades mexicanas justificaron su acción al considerar que Chávez es una “perseguida política”. Además, citaron la normativa de la ONU para defender que el otorgamiento de asilo es un derecho que no debería ser interpretado por otra nación como un gesto hostil o inamistoso.
- Reacción de Perú: El país sudamericano respondió a esta acción con una escalada diplomática. Después de haber roto relaciones de manera unilateral, el Congreso peruano votó para declarar a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como “persona non grata”.
En esencia, la protección otorgada por México a una figura política peruana en medio de un proceso judicial es el punto de quiebre que ha llevado al agudizamiento de la crisis bilateral.

