En una medida preventiva que ya es habitual, Palacio Nacional amaneció este martes blindado con vallas metálicas de casi tres metros de altura y reforzadas con soldadura, preparándose para una semana de protestas en el Centro Histórico.
El principal detonante de este “muro de contención” es la convocatoria a la “Marcha de la Generación Z”, programada para el próximo 15 de noviembre. La movilización, impulsada en redes sociales por jóvenes, tiene como objetivo exigir al gobierno un alto a la violencia que azota al país.
Doble Riesgo en el Zócalo
La medida de seguridad no solo responde a la marcha juvenil. El blindaje también busca contener las movilizaciones de la CNTE, que comenzarán un par de días antes (13 y 14 de noviembre) con marchas y mítines en las principales plazas.
Las vallas cubren todo el frente de Palacio Nacional y sus accesos por Corregidora y Moneda, extendiéndose incluso a la plancha del Zócalo frente a la Catedral.
Este despliegue masivo de estructuras metálicas subraya la alta tensión social que rodea al recinto presidencial y confirma que, ante las manifestaciones, la estrategia de las autoridades federales es priorizar el aislamiento físico de los edificios gubernamentales clave.

