Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Salamanca vive una crisis de calidad del aire por el aumento gradual de concentraciones de dióxido de azufre, partículas que se generan por la quema de combustibles.
Desde 2016 la ciudad no tenía contingencia por dióxido de azufre, pero en los últimos meses registra aumentos alarmantes del contaminante.
El Sistema de Monitoreo de la Calidad del Aire de Guanajuato refleja que a partir de marzo, Salamanca registra concentraciones por encima de las 100 partes por billón e incluso ha superado las 150 partes por billón. En esa ciudad opera una de las seis refinerías de Pemex.
La NOM 022 en la materia plantea que los límites máximos permisibles son de 40 partes por billón para 24 horas y 75 partes por billón para una hora.
Estudios epidemiológicos señalan que la exposición a dióxido de azufre eleva las exacerbaciones de asma, enfermedades cardiovasculares, como tos y dificultad para respirar así como una disminución en la función pulmonar. Una exposición a largo plazo puede derivar en el aumento de casos de cáncer de pulmón.