Después de permanecer 11 días en Melbourne, seis de ellos detenido y en aislamiento dentro de una habitación del Park Hotel, en el barrio de Carlton, Novak Djokovic abandonó con un vuelo de Emirates rumbo a Dubái.
La retirada del visado y su expulsión del país le impedirá defender el título de campeón del Abierto, que empezará mañana lunes y que le presentaba a él como principal reclamo.
Según Scott Morrison, el primer ministro del país, la decisión se debe a motivos de salud y de interés público.
“La decisión se ha adoptado por motivos de salud, seguridad y mantenimiento del orden, sobre la base de que era de interés público”. Djokovic, por su parte, ha declarado que está decepcionado con el fallo, pero que lo respeta.
Los abogados contratados por el serbio, de 34 años, no lograron convencer al tribunal de las Cortes Federales de que su cliente no supone una amenaza para la comunidad a pesar de no estar vacunado contra el coronavirus. Tampoco que alimenta el movimiento contrario a la vacunación.
La decisión, adoptada por unanimidad por los tres jueces del tribunal, no era recurrible. De hecho, no está nada claro que Djokovic pueda ganar otro título en Melbourne, ya que la cancelación de su visado podría suponer una prohibición de viajar a Australia durante tres años, aunque el gobierno podría reducir o eliminar dicha sanción.
La ATP ha anunciado que el puesto de Djokovic en el cuadro del Abierto lo ocupará el italiano Salvatore Caruso, colocado en el puesto 150 de la clasificación mundial.
Agencias