Texas enfrenta su mayor brote de sarampión en tres décadas, con al menos 58 casos confirmados, lo que ha desbordado los sistemas de salud locales.
La mayoría de los afectados no estaba vacunada, y el brote se ha concentrado en el condado de Gaines, en el oeste del estado. Las autoridades han activado un operativo de emergencia para contener la enfermedad, con campañas de vacunación y distribución de dosis adicionales.
Este brote ha puesto en evidencia la creciente amenaza de enfermedades prevenibles por vacunación debido a la baja cobertura inmunológica en algunas zonas.
El sarampión, conocido por su alta tasa de contagio, puede provocar complicaciones graves como neumonía, encefalitis e incluso la muerte. Ante la magnitud de la crisis, los funcionarios de salud están instando a la población a vacunarse para evitar la propagación del virus.