Bernardo Arévalo finalmente rindió protesta como Presidente de Guatemala tras más de 8 horas de retraso ante desacuerdo en conformación de Congreso.
El ahora ex Presidente Alejandro Giammattei no acudió a la ceremonia y entregó “las insignias de mando de la Presidencia” por separado.
En una inédita sesión parlamentaria, los diputados de la anterior y nueva legislatura se enfrascaron en discusiones y votaciones a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.
El sociólogo de 65 años esperó todo ese tiempo en el Teatro Nacional, en el centro de la capital, para jurar como Presidente por los próximos cuatro años en una ceremonia a la que asistieron representantes de Estados Unidos, América Latina, la OEA y la Unión Europea.
La incertidumbre de la jornada provocó que la comunidad internacional urgiera al Congreso a cumplir con la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.
El también ex diplomático y filósofo pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.
Desde entonces, Arévalo y su partido, el Movimiento Semilla, enfrentaron una ofensiva judicial que él denunció como un “golpe de Estado”, detrás del que estaría la élite política y económica que por décadas ha regido los destinos del país.
La Fiscalía intentó retirarle la inmunidad de Presidente electo, desarticular su partido progresista y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales.
La embestida, basada en casos “espurios” según Arévalo, fue condenada por la ONU, la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos, que sancionó a cientos de fiscales, jueces y diputados por “corrupción” y “socavar la democracia”.
Revés y victoria en el Congreso
Tras horas de debates, el Congreso saliente declaró independientes a los 23 diputados de Semilla, argumentando que obedecía la orden judicial que suspendió temporalmente al partido por supuestas irregularidad en su creación en 2017.
Pero en un giro inesperado, luego de instalado el nuevo parlamento, Semilla logró mediante con otros partidos políticos que se revirtiera esa decisión. Recuperaron su bancada y, aún más, la presidencia del Congreso.
“Felicidades presidente”, escribió Arévalo en la red social X (antes Twitter), al celebrar la elección de Samuel Pérez, de 31 años, como jefe parlamentario.
“¡Sí se pudo!”, coreaban otros cientos de simpatizantes en las afueras de la sede del Congreso.
Con el camino allanado, Arévalo juró para sustituir al derechista Alejandro Giammattei, quien ha sido vinculado con la “élite corrupta” y durante cuyo gobierno se exiliaron decenas de fiscales, jueces y periodistas que denunciaron actos de corrupción.
Agencias.