Beryl, tras tocar tierra en la costa de Texas, ha dejado una estela de destrucción significativa. El impacto inicial ocurrió cerca de Matagorda, a unas 85 millas de Houston, con vientos que alcanzaron las 80 millas por hora. La tormenta ha causado una declaración de desastre en 121 condados del sur de Texas, dejando a más de un millón de hogares y negocios sin electricidad.

En Houston, la situación es especialmente preocupante, ya que la ciudad está bajo alerta de inundaciones repentinas debido a la intensidad del huracán Beryl. El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido advertencias y está monitoreando de cerca la situación. Los residentes deben estar preparados para enfrentar condiciones peligrosas y posibles evacuaciones.

Asimismo, el transporte aéreo también ha sido gravemente afectado, con más de 1,000 vuelos cancelados en los dos principales aeropuertos de Houston. Los datos de seguimiento de FlightAware muestran un panorama caótico en las operaciones aéreas, exacerbando la crisis en la región. Los viajeros están experimentando retrasos y cancelaciones masivas, complicando aún más la respuesta a la emergencia.

Jack Beven, del Centro Nacional de Huracanes (NHC), ha señalado que aunque Beryl se está moviendo tierra adentro, el peligro persiste. Se prevén fuertes vientos en el este de Texas y cerca de Louisiana, así como precipitaciones que podrían alcanzar hasta 10 pulgadas en algunas áreas. La comunidad debe mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de las autoridades.

Lamentablemente, la tormenta ha cobrado vidas. Un hombre de 53 años en el condado de Harris perdió la vida cuando un roble cayó sobre su vivienda. Según Ed Gonzalez, sheriff del condado, el árbol golpeó la estructura de la casa, causando su colapso y atrapando al hombre debajo. Su esposa e hijos sobrevivieron ilesos, pero el incidente subraya la peligrosidad de las condiciones actuales.

Los residentes deben permanecer en sus hogares para evitar situaciones de riesgo, mientras los equipos de emergencia trabajan arduamente para restaurar los servicios y evaluar los daños causados por el huracán Beryl. La seguridad es la máxima prioridad en estos momentos críticos.