Mario Álvarez/Agencia Reforma
MONTERREY, México.- Ante el eminente riesgo en que se encuentra el bebé Iker Alonso Aranda, las autoridades de Nuevo León solicitaron el apoyo de sus homólogos de Tamaulipas para tratar de ubicarlo.
El bebé de 4 meses continuaba ayer sin aparecer y se teme que la persona que se lo llevó pueda causarle daño, advirtió una fuente policiaca.
Las autoridades creen posible que el menor se pudiera encontrar en Tamaulipas.
La fuente señaló que como principal sospechoso de la desaparición del menor, se busca al papá, de quien no se reveló la identidad.
El mismo hombre es rastreado para establecer si tuvo implicación en la muerte de Ana Lucía Aranda Pérez, de 19 años, madre de Iker, hallada el domingo sin vida y calcinada en Villagrán, Tamaulipas.
La mujer, junto con su bebé, salió de su casa el sábado, en Montemorelos, para ver al papá del menor, quien vive en el mismo municipio.
Se dijo que la joven pretendía que el hombre reconociera la paternidad de Iker.
El informante reveló que el papá del bebé es un hombre casado y su familia tiene negocios en Montemorelos.
Desde ese día la joven y su bebé desaparecieron.
El miércoles, personas allegadas a la joven confirmaron en redes sociales sobre la muerte de Ana Lucía.
Sus padres habían acudido el lunes a Tamaulipas a tomarse pruebas de ADN, con las que, según la fuente, se confirmó que la joven hallada calcinada era Ana Lucía.
Señaló que en las inmediaciones del terreno donde se encontraron los restos, la familia del sospechoso tiene una propiedad.
Agregó que a un lado del cuerpo calcinado se halló un pozo, donde aparentemente pretendían enterrar los restos.
Aunque trascendió que posiblemente Ana Lucía podría estar embarazada, la autoridad no confirmó esa versión.
La fuente policiaca señaló que en Montemorelos ya se entrevistó también a los familiares del sospechoso.