Ciudad de México- Una urna maya que exhibe la efigie del dios Jaguar del Inframundo, que data de los años 900 al 1600 de nuestra era y procede de la Cueva Laguna Sival, de Ocosingo, Chiapas, puede ser hoy admirada por el público mexicano gracias a que fue repatriada desde Albion College, Michigan (EU), debido a una entrega voluntaria.
Pero, ¿cuál es la historia detrás de esta cerámica?, ¿qué caminos recorrió, cómo fue extraída del país, qué afectó su ausencia y qué contexto se recupera al regresarla? Esto se puede cuestionar sobre centenares de estelas, figuras antropomorfas, hachas, monedas, exvotos, vasijas de barro o metal, utensilios, joyas, esculturas y otros artefactos mesoamericanos y virreinales.
De 2019 a la fecha se han podido restituir y repatriar a México más de cinco mil piezas arqueológicas e históricas desde diversos países, afirma en entrevista con Excélsior el curador Humberto Medina.
Una selección de 677 de estas obras, 675 de la época prehispánica y dos de la colonial, se exhiben actualmente en la exposición La grandeza de México en el Salón Iberoamericano del edificio sede de la SEP, ubicado en el Centro Histórico, agrega.
En años recientes, ha habido un incremento significativo en la localización y gestión para recuperar objetos paleontológicos, arqueológicos, históricos y etnográficos de gran valor documental, estético e identitario
Agencia Reforma.