Rafael Caro Quintero, el poderoso excapo del Cártel de Guadalajara, enfrenta la justicia en Estados Unidos. Cuarenta años después del brutal asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, el narcotraficante será juzgado en una Corte de Nueva York.
“Es una forma de hacer justicia”, afirmó el exagente de la DEA Steve Paris, quien será el encargado de colocar las esposas en las manos de Caro Quintero durante la audiencia.
El traslado del capo, ocurrido el pasado 27 de febrero, representa un hito en la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. Su captura, extradición y próximo juicio simbolizan un esfuerzo conjunto por garantizar que los responsables de crímenes atroces enfrenten las consecuencias de sus actos.
El asesinato de Camarena en 1985 sacudió la relación bilateral entre ambos países. El agente había logrado infiltrarse en el Cártel de Guadalajara y, con su información, permitió que las autoridades destruyeran una plantación de marihuana valuada en millones de dólares. La represalia no tardó. El 8 de febrero de ese año, fue secuestrado, brutalmente torturado por más de 30 horas y finalmente asesinado.
Su cuerpo apareció en una zona rural de Michoacán, junto al del piloto mexicano Alfredo Zavala. La DEA reaccionó con la “Operación Leyenda”, la mayor investigación de su historia, que identificó a los responsables: Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero.
Arrestado en 1985 en Costa Rica, Caro Quintero fue condenado a 40 años de prisión en México. Sin embargo, en 2013 logró salir libre tras un fallo judicial que argumentó errores en su proceso. La noticia indignó a Estados Unidos, que ofreció 20 millones de dólares por su recaptura.