La tensión comercial entre Estados Unidos y China ha comenzado a afectar de forma directa a México.
De acuerdo con un reportaje publicado por Bloomberg, el gigante automotriz chino BYD optó por frenar su proyecto para construir una fábrica en territorio mexicano debido al endurecimiento de la postura estadounidense con la reimposición de aranceles.
Esta inversión consistía en aproximadamente 600 millones de dólares, con la promesa de generar 10 mil empleos.
El Ministerio de Comercio chino, por su parte, retrasó la aprobación del proyecto de BYD por temor a que su tecnología termine en manos estadounidenses, reveló Financial Times.
Las condiciones cambiantes en México han llevado a diversas compañías chinas a voltear hacia el Sur del continente. Según Laura Acacio, gerente de Jiangyin Hongmeng Rubber Plastic Product, el gobierno chino percibe a Perú como un entorno más receptivo para las inversiones asiáticas.
“El mercado mexicano ha cambiado mucho”, destacó Acacio en una entrevista realizada en enero. Por ello, varias empresas chinas del sector médico y manufacturero han comenzado a planear su expansión en Perú.