El último hospital público en funcionamiento en el norte de Gaza quedó fuera de servicio tras una serie de intensos ataques israelíes durante el fin de semana, según denunciaron autoridades sanitarias palestinas y organizaciones humanitarias.
El Hospital Indonesio de Beit Lahiya, que atendía a cientos de pacientes, resultó gravemente dañado por bombardeos que se intensificaron en las inmediaciones del recinto, lo que provocó el colapso de sus sistemas médicos esenciales.
El Dr. Marwan Al-Sultan, director del hospital, declaró a la organización británica Medical Aid for Palestinians (MAP) que las explosiones “extremadamente intensas” alrededor del centro médico desconectaron los respiradores y equipos de soporte vital.
El Hospital Indonesio era el último centro de atención médica pública que seguía funcionando en el norte del enclave, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Su cierre marca un punto crítico en la crisis humanitaria que atraviesa la región, donde más de 300 personas han muerto en los últimos días como resultado de la intensificación de los ataques aéreos y terrestres de Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no han respondido directamente a las acusaciones sobre el ataque al hospital, aunque en otras ocasiones han señalado que Hamas utiliza instalaciones médicas como refugios o centros de operaciones.
Sin embargo, la ONU y diversas organizaciones internacionales de salud insisten en que los hospitales deben ser espacios protegidos según el derecho internacional humanitario.
El hospital Al-Awda, también en el norte de Gaza, sufrió daños similares. Su director, el Dr. Mohammed Salha, reportó graves afectaciones en el suministro de oxígeno, electricidad y agua.
La presencia de drones sobrevolando la zona complicó aún más el acceso del personal médico, mientras la escasez de suministros y combustible ha puesto en riesgo la continuidad de los servicios más básicos.
El Ministerio de Salud palestino confirmó este domingo que todos los hospitales públicos del norte de Gaza están ahora fuera de servicio, dejando a decenas de miles de personas sin acceso a atención médica de emergencia en medio de la ofensiva.
Mientras tanto, la Oficina del Primer Ministro de Israel anunció que permitirá la entrada limitada de alimentos al enclave para evitar una hambruna, pero no hizo referencia específica a suministros médicos o ayuda humanitaria urgente.
La ONU ha advertido que la intervención del ejército israelí en los puntos de distribución podría desalentar a los civiles necesitados de acudir por asistencia.
La ofensiva israelí forma parte de una campaña más amplia, denominada “Carros de Gedeón”, que según las FDI busca destruir a Hamas y recuperar a los rehenes capturados durante el ataque del 7 de octubre de 2023.
Las consecuencias para la población civil han sido devastadoras, con un sistema de salud completamente colapsado en el norte y un número de víctimas que, según el Ministerio de Salud, ya supera las 53 mil desde el inicio del conflicto.
Organizaciones internacionales y trabajadores humanitarios reiteran el llamado urgente a proteger los hospitales y garantizar el acceso seguro de personal médico y suministros esenciales.
El ataque al Hospital Indonesio evidencia la creciente vulnerabilidad de la infraestructura civil en Gaza, y pone en tela de juicio las condiciones mínimas necesarias para la supervivencia de la población atrapada en medio del conflicto.
