Texas| Como muchos otros alguaciles del oeste de Texas, Oscar Carrillo carga un arma, conduce una camioneta y usa un sombrero de vaquero.
Pero es su equipo más nuevo, un carrito de cadáveres, lo que le hace cuestionarse si debe seguir siendo un oficial.
“Es para que ya no tengamos que llevar los restos en los brazos”, explicó Carrillo, de 56 años, mientras describía la lista de migrantes muertos que aparecían en su guardia. “Solía pedir cosas regulares como chalecos antibalas”, dijo. “Ahora estoy pidiendo más bolsas para cadáveres”.
A medida que aumenta la cantidad de migrantes que cruzan la frontera con México este año, con arrestos a niveles no vistos en más de dos décadas, también han incrementado la cantidad de cadáveres encontrados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés). Hasta julio, los funcionarios de la Patrulla Fronteriza encontraron 383 migrantes muertos, la cifra más alta en casi una década y que ya supera con creces los 253 recuperados en el año fiscal anterior.
No existe un sistema único para rastrear las muertes de migrantes, algunas de las cuales no se descubren durante años, y la cifra de la Patrulla Fronteriza no incluye las docenas de cuerpos encontrados por otras agencias policiales, como las oficinas del alguacil local.
Carrillo, por ejemplo, ha encontrado los cuerpos de 19 migrantes este año, muchos de los cuales murieron a causa del sofocante calor del verano, en comparación con los dos del año pasado. El oficial se hace cargo de estos casos, además de atender los delitos cotidianos como robo de ganado, con solo 10 agentes en el condado de Culberson, ubicado en una extensión poco poblada en terreno montañoso, lleno de matorrales y dunas de arena que es 3 veces más grande que Rhode Island.
Algunos líderes políticos, como el Gobernador Greg Abbott, culpan al Presidente Joe Biden por el aumento del flujo migratorio, argumentando que atenuó la hostilidad que mostró su predecesor hacia los migrantes de América Latina.