Lo que parecían meras colinas cerca del centro de Tikal son en realidad ruinas de una antigua urbanización diseñada para parecerse a Teotihuacán, la ciudad más grande y poderosa de la antigua América.
Utilizando software de detección de luz y rango, o lidar, Stephen Houston, profesor de antropología en la Universidad de Brown, y Thomas Garrison, profesor asistente de geografía en la Universidad de Texas en Austin, realizaron el hallazgo en esta antigua urbe maya del centro de Guatemala, que se excava desde hace 70 años.
Houston dijo que su análisis lidar, junto con una excavación posterior por parte de un equipo de arqueólogos guatemaltecos dirigido por Edwin Román Ramírez, ha generado nuevos conocimientos y grandes preguntas sobre la influencia de Teotihuacán en la civilización maya.
Los resultados, incluidas imágenes lidar y un resumen de los hallazgos de la excavación, se publicaron en la revista Antiquity.
Tikal y Teotihuacán eran ciudades radicalmente diferentes, explicó Houston.
Tikal, una ciudad maya, era bastante poblada pero de escala relativamente pequeña que “podrías haber caminado de un extremo al otro del reino en un día, tal vez dos”, ahondó el experto.
Teotihuacán, por su parte, tenía todas las marcas de un imperio, y aunque se sabe poco sobre las personas que la fundaron y gobernaron, está claro que, al igual que los romanos, su influencia se extendió mucho más allá de su centro metropolitano, analizó Houston.
Aseguró que la evidencia muestra que la influencia de Teotihuacán moldó y colonizó innumerables comunidades a cientos de kilómetros de distancia.
Vínculos históricos
Houston dijo que los antropólogos han sabido durante décadas que los habitantes de las dos ciudades estaban en contacto y a menudo comerciaban entre sí durante siglos antes de que Teotihuacán conquistara Tikal alrededor del año 378 D.C.
También hay una amplia evidencia que sugiere que entre los siglos II y VI d.C., las élites mayas y los escribas vivían en Teotihuacán, y algunos llevaron elementos de la cultura y los materiales del imperio, incluidos sus rituales funerarios únicos, el estilo arquitectónico de pendiente y panel y la obsidiana verde, de regreso a casa en Tikal.
Agencias