#Tucson, Arizona ./ Dora Rodríguez, presidenta y fundadora de Salvavisión. Una organización instalada en Tucson, Arizona, llegó a la sala de un reconocido hotel de esta ciudad para contarnos su historia de vida y cómo, después de 3 intentos de cruzar de manera ilegal a Estados Unidos, originaria de El Salvador logró hacerlo. Sin embargo, le costaría casi la vida al llegar deshidratada y casi muerta, en los brazos de un agente de la patrulla fronteriza.
Rodríguez cuenta que vivió una pesadilla que, al relatarlo, aún sus ojos se llenan de lágrimas y de tristeza y es que ella viajaría con un grupo de 24 personas; entre estas, tres menores de edad. Fue de las 13 sobrevivientes, después de escuchar a lo lejos y casi desmayada, como fueron violadas y asesinadas por su mismo coyote, quien sufrió un ataque y terminó alucinando y muriendo en el desierto de Sonora.
Dora tenía 19 años y acababa de terminar el bachillerato, quería ser trabajadora social, pero fue en 1980 debido a la guerra civil en El Salvador que tomó la decisión de salir, para poder apoyar a su familia. En dicha guerra salieron de este país cerca de un millón de personas y murieron cerca de 75,000.
Sin saber nada sobre el asilo político, se aventuró a desplazarse de manera ilegal recorriendo tres mil 500 millas, es decir unos 5,362 km, viajando al norte de El Salvador hacia la ciudad de Tijuana, Baja California, México, en donde contrató a un “coyote”. Esta primera ocasión, Dora fue detenida por agentes fronterizos de manera inmediata, luego de brincar el muro, él que dice “no era tan alto como ahora”, para luego ser atada de manos y pies con cadenas y retornada a su país de origen.
En el segundo viaje salió con 46 personas, igual sin documentos y por montañas y desiertos para poder evitar ser deportadas, habrían llegado a la ciudad de San Luis después de 8 días para cruzar a Yuma, Arizona, un área agrícola en donde se tiene mucho pesticida, después de cruzar áreas de sembradíos, toco el turno de cruzar un canal con fuertes corrientes. El último que cruzó provocó que sonaran las alarmas y los volvieran a regresar a El Salvador.
INICIA LA MÁS LARGA TRAVESÍA DE SU VIDA Y LA QUE LA DEJÓ EN ESTADOS UNIDOS.
En el tercer intento, llegarían a la altura de Sonoyta, Sonora, para después desplazarse al parque Organ Pipe Park, el que se ha convertido en una tumba, en donde mucha gente muere. Según datos se tiene un total de 4500 personas de los que solo se han encontrado sus restos, ya que el desierto se encarga de borrar todo el rastro.
En dicho grupo viajaban, 3 hermanas de 12, 14 y 16 años, a estos niños que viajaban solos se les llama menores no acompañados, ellas se reunirían con su madre en Los Ángeles, con ellas, Dora hizo una gran amistad, en julio de 1980 llegaron a este lugar sin imaginarse de las temperaturas, tan altas más arriba de los 40 grados, dijo: “caminamos 5 días, cuando los coyotes nos habían dicho que solo nos tomaría una hora en llegar” , continua contando que ; ” las mujeres que iban en el grupo, tenían la ilusión de ver a sus esposos, incluso llevaban ropa linda y tacones, pues en una hora verían a sus parejas. lastimosamente en la primera noche muere la primer mujer”.
Luego de caminar con los pies, manos y brazos lastimados, con ampollas y espinas, muchos del grupo, no pudieron seguir, siendo abandonados por los coyotes por las lesiones; después fueron perdiendo el conocimiento en uno de los calores más fuertes en los Estados Unidos.
Uno de los coyotes había perdido el camino y los abandonó, por suerte, el grupo que logró sobrevivir, un total de 13 personas, fue rescatado gracias a que dos miembros del grupo dieron con una carretera, en donde dieron alerta a las autoridades. Dora fue rescatada visiblemente deshidratada, casi muerta, desvanecida.
En total 24 personas desparecidas entre ellas un grupo de menores de edad, por lo que la Patrulla Fronteriza y organizaciones civiles iniciaron una búsqueda en el desierto, sin embargo, las niñas jamás se mencionaron, y jamás se pudo dar con su localización, según Rodríguez a las autoridades les interesaba percatarse por donde tuvieron acceso los coyotes y a qué organización criminal pertenecían. Por tal motivo y luego de días de interrogatorios y de dos años de lucha, Dora pudo quedarse en los Estados Unidos, y esto debido al impacto que tuvo la noticia a nivel internacional.
Todo lo ocurrido quedó en el corazón de Dora, quien a lo largo de ya casi 40 años se ha convertido en voz de apoyo para cientos de migrantes que llegan a esta zona de los Estados Unidos. Y quien afirmó también que los cientos de parques nacionales que forman parte del desierto de Arizona se han vuelto hoy una tumba silenciosa, en donde quedan los sueños, las huellas e historias de muchos que peleaban e imaginaban una mejor vida para ellos y sus familias fuera de su país.
Por Karla Negrete/Tucson, Arizona.