Casi 140 años después de que Francia regalara a Estados Unidos la Estatua de la Libertad, el legislador francés Raphaël Glucksmann ha sugerido que es hora de que la dama verde vuelva a casa. De hecho, el diputado de centro-izquierda del Parlamento Europeo ha presentado un argumento de peso para que la estatua regrese a Francia, afirmando que Estados Unidos ya no representa los valores que llevaron a Francia a ofrecer la estatua en primer lugar.
“Vamos a decir a los estadounidenses que han optado por ponerse del lado de los tiranos, a los estadounidenses que despidieron a investigadores por exigir libertad científica: ‘Devuélvannos la Estatua de la Libertad‘”, declaró Glacksmann, añadiendo: “Os la regalamos, pero por lo visto la despreciáis. Así que estará bien aquí en casa”.
Se considera un símbolo de libertad, justicia y democracia, y fue entregado formalmente a EE.UU. en París el 4 de julio de 1880. Su inauguración oficial tuvo lugar en el puerto de Nueva York el 28 de octubre de 1886, con motivo del centenario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
Teniendo en cuenta que la Administración Trump está tratando de llevar a cabo deportaciones masivas de personas que se encuentran en los EE.UU. sin documentación en regla y está barajando restricciones de viaje, esas últimas líneas del soneto (vistas como un símbolo de esperanza y oportunidad para una vida mejor en los EE.UU.) no suenan con tanta propiedad en estos días…
“La segunda cosa que vamos a decir a los estadounidenses es: ‘Si quieren despedir a sus mejores investigadores, si quieren despedir a todas las personas que, con su libertad y su sentido de la innovación, su gusto por la duda y la investigación, han hecho de su país la primera potencia mundial, entonces vamos a darles la bienvenida‘”, dijo Glucksmann el 16 de marzo.
Al dirigirse a su partido, Glucksmann también criticó a los líderes de extrema derecha en Francia, acusándoles de ser un “club de fans” de Trump y de su multimillonario patrocinador Elon Musk.
Trump declaró recientemente que las personas que protestan contra Tesla deberían ser etiquetadas como terroristas domésticos, mientras la Casa Blanca organizaba un evento mediático diseñado para respaldar a la empresa de coches eléctricos de Musk.
El presidente afirmó que quienes se manifiestan contra Musk o atacan las salas de exposición de Tesla están “perjudicando a una gran empresa estadounidense”, y que cualquiera que utilice la violencia contra el fabricante de coches eléctricos “pasará por el infierno”.