El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido este viernes una sentencia simbólica pero histórica, pese a los denodados intentos de su cohorte de abogados por evitarlo. Esta decisión judicial le convertirá en el primer delincuente convicto que llega a la Casa Blanca.
La sentencia por los 34 delitos del caso Stormy Daniels no implica cárcel ni multa, pero sí un estigma histórico sin precedentes a solo 10 días de volver a la Casa Blanca.
“Este tribunal ha determinado que la única sentencia legal que permite la entrada de una sentencia condenatoria sin invadir el cargo más alto de la tierra, es un descargo incondicional”, dijo el juez del Tribunal de Distrito de Manhattan Juan Merchán en una audiencia a la que Trump asistió virtualmente. Esta condena poco usual mantiene la culpabilidad pero no implica condena a cárcel, multa o libertad condicional.
Merchán podría haber condenado al republicano, de 78 años, a hasta cuatro años de prisión. En cambio, eligió una sentencia que eludió espinosas cuestiones constitucionales al poner fin efectivamente al caso, pero aseguró que Trump se convertirá en la primera persona condenada por un delito grave en asumir la presidencia.
Trump, por su parte, ha afirmado que su juicio penal y condena han sido “una experiencia muy terrible” e insistió en que no cometió ningún delito al comparecer a distancia el viernes para ser sentenciado.
En nombre del magnate, su entonces abogado personal Michael Cohen abonó de su bolsillo 130.000 dólares para comprar el silencio de la ex actriz de cine porno Stormy Daniels en la recta final de las elecciones de 2016 por una relación extramatrimonial, haciéndolos pasar como gastos legales.