El presidente Donald Trump celebró por todo lo alto en Sharm el Sheij (Egipto) la firma del acuerdo de paz entre Israel y Hamás para Gaza, asumiendo el rol central y exclusivo del evento. Rodeado de más de veinte líderes mundiales, proclamó que “por fin tenemos paz en Medio Oriente”.
La jornada, orquestada para ensalzar su figura, comenzó con un considerable retraso de varias horas, obligando a los jefes de Estado y de Gobierno a esperar. Pese a la corta reunión posterior sobre el futuro y reconstrucción de Gaza, Trump dominó toda la ceremonia, que fue organizada con obsecuencia por el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y considerada “histórica” por muchos asistentes. La ciudad egipcia fue adornada con carteles de bienvenida con la imagen sonriente de Trump.
Estados Unidos manejó la agenda, que incluyó un saludo individual de Trump a los dignatarios sobre un podio con un letrero de ‘PEACE 2025’.
Después, Trump, junto a los principales mediadores (el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani; y Al Sisi) firmaron el acuerdo que pone fin a dos años de guerra en la Franja de Gaza. Los líderes invitados sirvieron de telón de fondo mientras los cuatro alzaban el documento.
Trump expresó su orgullo por el acuerdo, calificándolo como el “más grande y complejo” y crucial para evitar problemas mayores como una posible Tercera Guerra Mundial.
Es notable que Israel y Hamás no estuvieron presentes en la ceremonia; Israel, a pesar de haber sido invitado.
Al clausurar el encuentro, Egipto emitió un comunicado destacando el papel de EE. UU. como una “garantía esencial” para la paz y alabando a Trump como una figura “excepcional” para implementar iniciativas valientes, invitándolo a participar en la próxima Conferencia de Reconstrucción de Gaza.
Antes de que los líderes se reunieran en privado, Trump ofreció otro largo discurso, felicitando a los presentes, aunque algunos mandatarios como Erdogan, Macron o el secretario general de la ONU, António Guterres, se negaron a subir al estrado con él. A pesar de la evidente impaciencia de los invitados, el presidente estadounidense se extendió en sus comentarios por casi 40 minutos.