Anne de Carbuccia, espera lograr que la humanidad tome consciencia y conozca lo que esta pasando en nuestro planeta e inspirar a tomar acciones para contrarrestar la problemática global en la que nos encontramos actualmente, por medio del documental Earth Protectors.
De aquellos verdes valles en el Alto Mustang, un vibrante reino aislado al norte del Himalaya, hoy día sólo queda un gran páramo desértico.
La causa es la paulatina desaparición de los glaciares, principal fuente de agua de la que dependen mil 300 millones de personas en las regiones aledañas a la cordillera más grande del mundo, misma que es común imaginar bajo una densa capa de nieve.
“Están tan reducidos (los glaciares), que no hay suficiente agua para regar los campos, que son la principal fuente de alimento”, dice Tashi Bista, joven local, a la artista y cineasta francesa Anne de Carbuccia en el documental Earth Protectors, disponible en México a través de la plataforma Prime Video.
“No tenía ni idea de que tal tragedia estaba ocurriendo”, admite la creadora, abrumada ante la pérdida no sólo ambiental, sino también cultural para aquellos pobladores orillados a dejar su hogar en busca de agua. “Se verán obligados a emigrar y tendrán que abandonar sus orígenes. Están abandonando a sus dioses, literalmente”.
Esto tan sólo es uno de los efectos que está produciendo el Antropoceno, como se denomina a esta era geológica en la que el impacto de la acción humana anula los ciclos naturales de la Tierra, expuesto por De Carbuccia en su película con la deliberada intención de hacer evidente la problemática global que no termina de concebirse en su completa dimensión.
“Por eso elegí mostrarlo en un lugar tan remoto e inesperado como el Himalaya, porque ¿quién pensaría que hay migración climática donde hay nieve y agua?”, apunta en entrevista la creadora francesa, quien también ha recorrido la Amazonia peruana; Baikal, el lago más profundo del planeta, en Siberia, y hasta la Península de Yucatán.
“Lo que realmente me impactó fue ir a todos estos lugares y ver lo rápido que las cosas están cambiando, así como lo dramático de la situación”, continúa De Carbuccia, cuyo documental también recoge el testimonio de mujeres africanas abusadas sexualmente durante este alarmante proceso de migración forzada por la crisis climática, “el desafío más grande”, a su parecer.
Dado el sentido de urgencia que recorre toda la cinta conforme se exhiben las amenazas, daños y, en general, la gravedad de la situación en el mundo, la creadora asiente que no es un filme para decir a la gente que debe tener esperanza, sino para mostrar acciones.
“Es sobre mostrar la manera o ejemplos de personas que están activas, que están emprendiendo acciones y que están haciendo una diferencia. Eso creo que es extremadamente inspiracional”, remarca la directora y coautora del documental, quien distingue a partir de ello su trabajo de otros meramente científicos.
“A veces no cuentan con la voz de las personas que no tienen el lujo de creer o no en el cambio climático, por ejemplo, y que aquí dicen: ‘Esto está sucediendo, ¿qué vas a hacer al respecto? Porque nos está pasando a nosotros ahora, pero te va a pasar a ti mañana’. Esperaba que la película fuera lo suficientemente atractiva en todos esos niveles y pudiera crear un cambio positivo”.
De ahí que Earth Protectors sea, en buena medida, un tributo a aquellos guardianes locales como el propio Tashi, en Alto Mustang, quienes actualmente buscan alternativas para propiciar la preservación de sus entornos y afrontar el Antropoceno de manera empoderada.
“Creo que la película de Anne nos da ese poder de ver lo que está pasando y todo lo que están haciendo las personas y grupos, que son una fuerza geológica para hacer un cambio, a pesar de todas las adversidades”, opina Liliana Rodríguez, delegada en el Instituto Nacional del Océano en la ONU, quien aparece en el documental junto con el colectivo Jóvenes por Xcalak, en Yucatán.
“Para mí es bien importante reconectar lo que está sucediendo a nivel internacional con las comunidades locales, con la gente local, y asegurarme de que sus voces sean escuchadas. Porque hay muchas reuniones (gubernamentales), ¿pero qué está cambiando? Es importante que salgan a la luz cuáles son las necesidades que están pasando y qué podemos hacer para cambiar”, agrega Rodríguez.
De Carbuccia conoció a muchos de estos protectores de la Tierra a lo largo de las expediciones realizadas durante una década por estas regiones remotas del planeta, documentando artísticamente los cambios en el ambiente que ya como apneista -“una subdisciplina del buceo”- había empezado a apreciar en las profundidades del Mediterráneo.
Oriunda de la isla de Córcega, la creadora comparte que un profundo sentimiento de ansiedad ante esa pérdida biológica, así como al preguntarse cuál sería el legado de la humanidad, y más específicamente qué le estaba dejando a sus hijas, fue lo que la llevó a hacer instalaciones artísticas por el mundo denunciando esa crisis a través de símbolos como relojes de arena y cráneos.
“Me reapropié de esa simbología y la puse en mi arte. Empecé a filmar, y a ir más y más a estos sitios, y a conocer a esta gente, muchos de ellos muy jóvenes y con historias increíbles. De repente sentí la necesidad de contar la historia detrás de estas instalaciones, detrás de cómo llegué ahí, quiénes eran estas personas y cómo me ayudaron, así como su historia: qué estaban haciendo, cuán proactivos eran, y cómo se estaban adaptando”.
“Porque la cinta en realidad es sobre adaptación, sobre elegir si queremos un tipo de adaptación positiva o negativa”, prosigue De Carbuccia. “Sí, por supuesto, somos mortales, pero podemos elegir cómo llevamos nuestra vida cada día. El mundo está cambiando, hay una gran transición sucediendo, y todos tenemos que elegir como individuos”.
Agencias.