Miles de toneladas de cocaína colombiana salen de Ecuador hacia el mundo en medio del desangre entre bandas localesal servicio de mafias internacionales, que les surten armas. Así entró el país de 18 millones de habitantes al cada vez más globalizado mercado de las drogas.
Sin grandes plantaciones de narcocultivos o laboratorios para el refinamiento de cocaína, por Ecuador se mueve la droga que se procesa en Colombia, México y Perú. Respectivamente, sus vecinos producen al año mil 400 y 400 toneladas, según estimativos de la ONU.
Ecuador “es un punto de salida natural para la cocaína colombiana”, agrega Dalby. Antes del acuerdo de paz y la desmovilización de las FARC, la guerrilla que por décadas ejerció el control de las zonas cocaleras y medió entre campesinos y narcotraficantes, las bandas ecuatorianas movían la droga “desde la frontera hasta varios puertos”, añade.
Pero los rebeldes disidentes que se mantuvieron en armas comenzaron a producir la droga ellos mismos “en el sur de Colombia” y pasarla por “río o por carretera a Ecuador”. Al tiempo que organizaciones ecuatorianas tejieron alianzas con poderosas familias que controlan los narcocultivos en Perú y México, según un estudio del Observatorio Colombiano de Crimen Organizado (OCCO).
De acuerdo con un informe de la ONU, Ecuador fue en 2020 el tercer país con más decomisos de cocaína. Fueron unas 92.5 de las mil 424 (6.5%) toneladas incautadas en todo el mundo. Adelante están Colombia (41%) y Estados Unidos (11%).
Agencia