De acuerdo con un estudio realizado por el Banco de México, el billete de 50 pesos con el ajolote ya suma al menos 12.5 millones de pesos guardados por mexicanos que no piensan gastarlo.
Lo que quiere decir que, tras más de una década del auge del pago digital, un billete ha logrado lo impensable: volverse más valioso por su estética que por su denominación.
Desde su lanzamiento, en 2021, la fascinación fue inmediata. Su anverso muestra la fundación de Tenochtitlán y su reverso al emblemático ajolote, enmarcado por el ecosistema de Xochimilco.
Tan grande fue el furor que, en 2022, la International Bank Note Society (IBNS) lo reconoció como el billete más bonito del mundo, superando al de 200 dobras de Santo Tomé y Príncipe. El galardón resaltó la riqueza cultural y el diseño contemporáneo del billete mexicano, lo que cimentó su estatus como objeto de colección.
¿El efectivo se transforma en souvenir en la era digital?
El caso del billete del ajolote no es solo una anécdota simpática, sino una muestra de cómo el dinero físico ha comenzado a adquirir una nueva función cultural en una época donde domina el pago digital.
Tal como ocurre con estampillas, monedas conmemorativas o billetes antiguos, el billete del ajolote ha entrado al terreno del coleccionismo masivo.
Esta transformación de los billetes en “souvenirs nacionales” también evidencia una oportunidad para instituciones como Banxico de reforzar la identidad cultural y el patrimonio gráfico del país a través del dinero, incluso en su ocaso físico.
¿Es un ícono del México moderno?
Más allá de su valor nominal, el ajolote ha logrado convertirse en un símbolo de orgullo nacional.
Tan solo, el banco central detalló que los mexicanos asocian el billete con este animal endémico; solo un pequeño porcentaje recuerda otros elementos como el lago de Xochimilco o el águila devorando a la serpiente.
Así, este billete no solo es dinero: es una muestra de cómo la belleza, el diseño y la identidad pueden hacer que algo tan cotidiano como el efectivo se convierta en un objeto digno de conservar, compartir y presumir.
Fuente agencias