BARRANQUILLA.- La bebé de Mónica Vega sufría de un fenómeno que se presenta de forma muy inusual, a sólo uno de cada un millón de nacimientos del mundo: tenía dos cordones umbilicales, el suyo y otro que la conectaba con una masa que se estaba formando en su interior.

Este fenómeno es conocido como “gemelo parásito” o “fetus in fetu”, y consiste, en palabras del experto Miguel Parrra, en entrevista para el programa Los Informantes, en que “un bebé está embarazado de su hermano gemelo”.

En dicho programa informaron que las células de los gemelos son divididas en la primera semana de gestación y en ese momento empiezan a formarse.

Cuando este fenómeno ocurre luego de la segunda semana, se da el fenómeno de siameses. Y en el caso del “fetus in fetu”, se origina cuando las células se dividen luego del día 17.

La masa que está al interior del bebé, sería su gemelo, pero carece de corazón y cerebro, “absorbe la comida directamente del corazón de su hermana”, afirma Parra. “Pero sí tiene las cuatro extremidades y algunos huesos. Sin embargo, no tiene posibilidades de sobrevivir”.

La bebé, llamada Itzamara, nació en Barranquilla, Colombia, a las 37 semanas y 24 horas después y tuvo que ser sometida a un cesárea para sacar a su gemelo y prevenir que el feto siguiera creciendo dentro de ella, lo que podría dañar sus órganos.

De hecho, en la operación también hubo riesgo de que resultara dañada su estructura aún débil. Pero todo salió bien en la operación y podrá seguir creciendo sin complicaciones.

Con información de: La Silla Rota