Espectáculos.- Una de las escenas más crudas de esta joya del cine de horror es protagonizada por McGraw y Jeremy Davies, quien da vida a Terrence, el padre alcohólico y violento de Gwen y Finney. Fotografía: Cortesía Universal Pictures.
Joe Hill, el hijo de Stephen King, escribió el cuento El teléfono negro a partir de un temor de la infancia: el timbrar de una caseta telefónica en el sótano de su casa en Maine, la tierra maldita.
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Finney (Mason Thames) es secuestrado por El raptor (Ethan Hawke), un loco infanticida que ha victimado a otros niños en un pueblo de Colorado en 1978. Su hermana Gwen (Madeleine McGraw), una pequeña con visiones como su madre y violentada por el alcohólico de su padre, es la única que puede localizarlo.
Sin embargo, Finney deberá defenderse por su propia cuenta para sobrevivir. ¿Lo logrará? Tendrá que jugar igual de sucio que su secuestrador, y lo descubrirás hoy en la premiere y mañana en el estreno público en salas de todo el país de la nueva película dirigida por Scott Derrickson (Sinister y Doctor Strange).
La película toca una premisa que podría ir contra todo movimiento ideológico y revolucionario de estos tiempos: experimentar algún tipo de violencia en la juventud es vital para sobrevivir el resto de nuestras vidas.
Por ejemplo, si Finney no hubiera sido golpeado en la secundaria, humillado verbalmente por su padre y defendido a su hermana, quizá no habría durado un sólo momento en su cautiverio.
“Ahora somos una raza progresista. Lo que pasó en el siglo 20 fue un baño de sangre. Mi relación con la violencia es por el contexto, todo al que conocí fue educado con cinturonazos como lo ven en la película.
“Quizá porque nuestros padres y abuelos fueron veteranos de guerra. Creían en la violencia como el medio para inculcar disciplina a sus hijos. Hoy las cosas han cambiado, sinceramente yo no creo que esas golpizas sean efectivas”, opinó Derrickson en entrevista con Excélsior.
En cambio, Hawke tiene una visión bastante particular, en especial para él que estuvo detrás de la máscara espantosa del peligroso raptor.
¿Cómo utilizar la violencia, en defensa propia, sin la necesidad de herir a los demás?
“Ahora que está la guerra entre Rusia y Ucrania pensé en la violencia como el resultado de dos pésimas decisiones, entonces la gente debe debatirse entre vivir aterrorizada o matar a otros.
“Cuestionar la violencia y la no violencia siempre es difícil, porque es una fuerza mundial que sacará ventaja de ti si no tienes una posición propia. En la cinta, los niños deben aprender a defenderse por sí mismos, me parece fantástico y bello que las víctimas te hacen preguntarte ¿cómo puedes cuidarte sin convertirte en algo que te desagrada?”, expuso el actor de 51 años.
REVIVIENDO SUS PROPIOS MIEDOS
Una de las escenas más crudas de esta joya del cine de horror es protagonizada por McGraw y Jeremy Davies, quien da vida a Terrence, el padre alcohólico y violento de Gwen y Finney.
Terrence, harto de las visiones de su pequeña de 11 años, la golpeó hasta el cansancio con su cinturón. Para una actriz de entonces nueve años (ahora tiene 13) debió ser difícil, para el director, una de las secuencias más fascinantes y difíciles por su complejidad social.
Este encuadre es la representación de una vivencia del propio Derrickson.
“Le dije que necesitaba ir a un sitio de mucha oscuridad y angustia, y tomó dos minutos para lograrlo. Decidí que los golpes no fueran visibles para que pudiéramos ver el susto en el rostro de Madeleine, el sonido del cuero y la ira del padre…”
Para este momento, el realizador se apasionó por narrar detalladamente una de las escenas que más orgullo le dejó el rodaje de El teléfono negro. Se disculpó por la extensión de su respuesta y continuó: “…
Ella voltea y ve cómo no pararán los golpes. Se convierte en un trauma emocional más que físico. La actuación es memorable. Madeleine improvisó la frase ‘mis sueños son sólo sueños’, y detonó la ira de Jeremy, quien continuó su rabia gritando ‘¡dilo otra vez!’. Yo no les dije que hicieran eso. Simplemente les conté mi experiencia, y esto resultó”, terminó.
PREPARACIÓN SICOLÓGICA
Cuando ambos actores rodaron esta película eran unos niños de primaria. McGraw compartió que el personaje no dista mucho de su personalidad, porque solía proteger a su hermano menor de los abusadores del colegio.
“Defendí a Finney como la vez que a mi hermanito le robaron sus gomitas. Reuní golosinas de mi clase, se las pedí a mis amigos, fui a su salón, se las regalé y encaré a los maleducados para que jamás se volvieran a meter con él (o se las verían conmigo)”, compartió la actriz.
Thames, en su debut cinematográfico, tampoco se queda atrás. Una revelación para el género de horror para el espectador y el propio Hawke.
“Los chicos aman Halloween, y esta película fue como pedir dulce o truco para Mason”, lo respaldó Ethan antes de cuestionar al joven.
Y terminé como su aprendiz. Sin embargo, sí fue aterradora la primera vez que estoy en el sótano (del raptor).
“Finney tenía que idear cómo salir de ahí y la primera vez que suena el teléfono y lo contesta fue surreal”, expresó.