Ciudad de México.- “Tienes 10 minutos para despedirte de tu familia…”.
En la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San José, Ingrid González Shay, entonces de 33 años y con seis meses de embarazo, recibió esa indicación.
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Hizo una videollamada a su esposo, a sus papás y a sus dos hermanas para despedirse antes de ser intubada por Covid-19.
Era el 23 de junio del 2020 y se vivía una ola de contagios.
Desde entonces es consciente de lo frágil que es la vida, y ahora, para ella, todos los días son 10 de Mayo. No necesita un Día de las Madres para festejar y agradecer.
“Las estadísticas eran muy malas para mí”, comparte. “No estaba nada a mi favor y entonces cuando me dicen: ‘te vamos a intubar’, para mí fue: te vas a morir”.
Casada con David Ceballos Ramírez ya era mamá de Salomón, de un año.
Estaba embarazada de una niña para quien ya tenían el nombre: Belén.
La internaron el 21 de junio. Para el tercer día hospitalizada le era casi imposible respirar.
UNA GRAN RESPONSABILIDAD
Estuvo intubada cuatro días, una eternidad para su familia.
El 25 de junio le hablaron a su esposo para decirle que se preparara para lo peor. Al día siguiente, 26 de junio, justo cuando él cumplía años, le dieron el mejor regalo: le informaron que ella tuvo una mejoría.
Para el 27 le avisaron que Ingrid sería extubada.
El neumólogo intensivista Sergio Saúl Sánchez comparte que Ingrid fue de las pocas pacientes embarazadas con Covid que llegaron a intubación. Algo clave, indica, es que la intubaron a tiempo. Ingrid fue dada de alta el 4 de julio.
EL MEJOR REGALO
El 12 de septiembre del 2020 nació Belén en una sala de partos del Hospital Zambrano Hellion, repleta de un inmenso equipo médico que ya la esperaba para salvar su vida.
Belén ahora es una niña de un año y 8 meses sin secuelas de ningún tipo.
“Los doctores que, siendo doctores, a veces son algo escépticos, o muy científicos, y todos me dicen: Belén es un milagro. Es un milagro que tú estés viva y que ella esté bien al 100; es un milagro. Y para mí lo es”, afirma.
Recientemente, en la iglesia o en restaurantes cuenta que hay personas que se ha acercado a saludarla y le preguntan si es Ingrid, la mujer embarazada que estuvo intubada.
Le expresan que conocieron su caso y oraron por ella y Belén.
“No puedo pensar que no es un milagro (por) el hecho de que tanta gente haya estado pendiente. Sería muy desagradecido de mi parte.
“Yo les digo cuando me dicen eso: ‘Fue trabajo en equipo. Todo mundo hizo su parte'”.
Ingrid ahora está embarazada de su tercer hijo, que nacerá a finales de este mes. Se llamará Elías.
Conmovida, dice que el mayor aprendizaje ha sido vivir el presente.
“Todos los días hay que rendirle culto a las mamás porque las mamás están muy cañonas”, suspira.
“El recibir esta advertencia de que la vida es frágil y en un segundo se puede ir, eso que tú diste por sentado, es el mayor aprendizaje que me dejó el Covid. El presente es el mayor regalo que existe”, dice.
Agencia Reforma.