El anillo de compromiso y la argolla matrimonial es más que una joya ornamental, tiene detrás una historia que queda inmersa en una familia. Puede ser de oro o plata, pero el valor sentimental supera en mucho su valor económico, dura de generación en generación.
Sin embargo, en momentos aciagos, ante una emergencia económica, el anillo matrimonial es la primera opción a empeñar al ser los que mayor valor poseen, y en consecuencia, lograr una buena cantidad de dinero.
Aunque, a veces, el propietario se lleva una desilusión, pues descubre que lo que conserva con celo es bisutería sin ningún valor, refiere Martín Ramos, valuador del Monte de Piedad del Estado de Oaxaca.
Con más de 25 años de experiencia tasando anillos, collares, pendientes y artículos varios, Martín ha sido testigo de muchas historias entre los pignorantes, desde aquellos que se desprenden de la sortija desolados, hasta los que tras una separación o divorcio acuden a la sucursal para deshacerse de la sortija, a cambio de una cantidad de dinero y luego la dejan perder con toda intención.
Algunos usuarios llegan en pareja, se desprenden de la argolla acercando su mano izquierda al corazón, toman fuerza el dedo anular para retirarlo, a veces, hasta con lágrimas en los ojos”, menciona.
Cuenta que hay personas que llegan al Monte de Piedad sin intención de empeñar la sortija, sólo quieren saber el valor o cuántos gramos pesa en oro.
También, apunta, están aquellos que traen consigo los anillos herencia de los padres o abuelos, que creen que por antiguos valen más”.
Martín refiere que ante la proximidad del Día del Amor y la Amistad no son pocas las parejas comprometidas que llegan al área de almoneda o subasta a conseguir los anillos de la boda.
En caso de desgaste del oro o la piedra se les recomienda llevarlos con un joyero, así como para borrar o modificar el grabado en la argolla”, comenta.
Pensar que empeñar una argolla matrimonial en el Monte de Piedad es un error es incorrecto”, según Olivia Ramírez. “Hace 30 años que utilizo esta institución empeñando mis alhajas; así, logré sacar a mis dos hijos adelante al darles una carrera. Mi esposo también hace lo mismo, y ambos ayudamos a recuperarlos ”.
Opina que el valor sentimental de una alhaja, como el anillo matrimonial, era y sigue siendo mucho más grande que el costo que pudiera tener lo material, sin embargo, ante una emergencia o un gasto inesperado, los empeñan a cambio de un préstamo a corto plazo, con tasa de interés baja.
El Monte de Piedad del Oaxaca tiene 89 años de servicio, es una entidad paraestatal con patrimonio y recursos propios, cuenta con una oficina matriz y 21 sucursales distribuidas en las ocho regiones de la entidad.
A lo largo de su historia es imposible cuantificar el número de préstamos concedidos. En sus instalaciones se encuentran desde alhajas de oro y plata, electrodomésticos, computadoras portátiles, trajes regionales, instrumentos musicales, motocicletas, automóviles y hasta maquinaria pesada, que sus propietarios no lograron rescatar.
La institución busca que esto no pase. Más del 80% de los pignorantes consiguen saldar el préstamo y recuperar sus joyas; los usuarios disponen de un periodo de cuatro, ocho y hasta 12 semanas para saldar la deuda.
La tasa de interés es de 1.2 y uno por ciento semanal, en alhajas y artículos varios, respectivamente. En joyas, los refrendos son ilimitados, así pueden ampliar su plazo para pagar el crédito.
Al término del plazo le siguen “días de gracias” y de resguardo al vencimiento de su boleta, para evitar que pierdan sus prendas.
Entre los principios del Monte de Piedad del Estado de Oaxaca está intentar de todas las formas posibles que los usuarios “no pierdan sus pertenencias, incluso, tienen hasta el último minuto antes de que empiece la subasta o almoneda para recuperar sus joyas”.
Datos
Durante el 2021 se tuvo como promedio préstamos de cinco mil pesos, y unos siete mil empeños a través de todas nuestras sucursales.
En lo que va de este 2022, los movimientos que se registran en mayor número son los refrendos, seguido por los desempeños, los abonos, y los empeños, en ese orden respectivamente.
Como dato general, un 98 por ciento del total de prendas que se empeñan, son alhajas de oro y plata, y un 2 por ciento, artículos varios.
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