Millones de empleados estadunidenses deben vacunarse contra el covid antes del 4 de enero para no tener que someterse regularmente a pruebas, anunció el jueves la administración de Joe Biden.
La obligatoriedad de vacunarse para empleados de empresas de más de 100 personas, trabajadores de la salud y empleados de contratistas de agencias federales es una de las medidas más radicales tomadas por el gobierno de Estados Unidos en un intento por frenar una epidemia que está minando la recuperación económica.
Biden dio a conocer la medida, que se supone afectará a más de dos tercios de la fuerza laboral del país, en septiembre durante un discurso en la Casa Blanca. Según él, es la oportunidad de “pasar la página” del coronavirus y presionar a millones de estadounidenses que aún se niegan a recibir la vacuna.
Varias empresas, entre ellas el gigante cárnico Tyson Foods o la aerolínea United Airlines, ya habían preparado el terreno al imponer estas obligaciones a sus empleados desde finales de septiembre.
El más reciente, el fabricante de automóviles Ford, exigió que sus 32.000 empleados estuvieran vacunados antes del 8 de diciembre salvo en el caso de exención religiosa o médica, según varios medios estadunidenses.
Salvar vidas
Sin embargo, en el país de las libertades individuales, la medida desata críticas en la oposición republicana, que denuncia una “dictadura”.
Impulsada desde el verano por la variante delta, la pandemia ya ha matado a 750.000 personas en Estados Unidos.
Biden, elegido para encabezar la principal potencia económica mundial hace casi un año, ha hecho de la lucha contra el covid-19 uno de los pilares de su presidencia.
Pero después de un comienzo exitoso de la campaña de vacunación, ésta se vino abajo, lo que disparó la propagación del virus y frenó en parte la recuperación económica prometida por el líder demócrata.
Agencias