Las autoridades estadounidenses anunciaron ayer el endurecimiento de las normas sobre “estabilizadores” y otros accesorios utilizados para convertir pistolas y revólveres en armas largas, consideradas especialmente peligrosas.
Las pistolas modificadas estarán ahora bajo la misma normativa que las “escopetas de cañón corto” que, desde 1934, están sujetas a impuestos y controles más estrictos que otras armas de fuego, dijo el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, en rueda de prensa.
En aquel momento, los legisladores “comprendieron que estas armas tenían una combinación mortal: son más fáciles de ocultar que los rifles y más potentes que las pistolas”, afirmó.
Pero “la industria armamentística lleva tiempo intentando eludir las leyes federales vendiendo estabilizadores que permiten convertir las pistolas en rifles de cañón corto”, eludiendo al mismo tiempo las restricciones, dijo el presidente Joe Biden en un comunicado.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, desde 2015 se han vendido al menos tres millones de estabilizadores. Sus propietarios disponen ahora de 120 días para denunciarlos ante las autoridades sin pagar impuestos.
También pueden quitarlos de las pistolas en las que estaban instalados o alargar el cañón de esas pistolas para convertirlas en pistolas de verdad.
Ayer, el grupo de presión Gun Owners of America anunció que planeaba emprender acciones legales para bloquear la medida.
En años recientes, los soportes estabilizadores fueron usados en dos tiroteos masivos.
En marzo del 2021, un hombre disparó en un supermercado en Boulder, Colorado, utilizó un arma modificada con este accesorio que le dio la misma capacidad que un rifle AR-15 y asesinó a 10 personas.
Agencias.
