CIUDAD DE MÉXICO.- Los fabricantes de vacunas de China están valorando combinar sus fármacos y buscan determinar si una dosis de refuerzo podría aumentar la protección contra el Covid-19.
Sinovac y Sinopharm, las dos fabricantes chinas que en conjunto han exportado cientos de millones de dosis de vacunas a todo el mundo, dijeron que están considerando combinar sus fármacos con los desarrollados por otras farmacéuticas
A principios de mes, el director del Centro para el Control de Enfermedades de China, Gao Fu, dijo que las vacunas actuales ofrecen una protección baja contra el coronavirus, y que mezclaras es una de las estrategias que se están considerando para aumentar su efectividad.
Gao trató de retractarse más tarde señalando que hablaba en términos general sobre la mejora de la eficacia de las vacunas.
China National Biotech Group tiene un plan para el futuro “uso secuencial” de sus vacunas, señaló Li Meng, director de cooperación internacional de la compañía, en una conferencia internacional el miércoles.
La empresa, filial de la estatal Sinopharm, fabricó dos vacunas con el virus del Covid-19 inactivado y tiene una tercera en ensayos clínicos.
Sinovac, una empresa privada con sede en Beijing, dijo también que está en conversaciones preliminares con investigadores, incluido el Centro para el Control de Enfermedades, para combinar las dosis de su vacuna, CoronaVac, con otras.
La inmunización secuencial supone mezclar diferentes vacunas y es una estrategia que podría aumentar las tasas de eficacia, apuntó Ashley St. John, inmunóloga en la Escuela de Medicina Duke-NUS en Singapur.
Las vacunas de Sinopharm, de su Instituto de Productos Biológicos de Beijing y del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, tienen una eficacia del 79 por ciento y del 72 por ciento, respectivamente, señaló la empresa, que no hizo públicos más datos de la última fase de sus ensayos clínicos.
La idea de combinar vacunas está siendo considerada también en otros países. Científicos británicos estudian mezclar la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford con la de Pfizer y BioNTech. El estudio también busca probar diferentes intervalos entre dosis, de 4 y 12 semanas.
Los resultados de estas investigaciones podrían tener repercusiones sobre la salud pública global, ya que los gobiernos de todo el mundo enfrentan demoras en la entrega de las vacunas a tiempo y obstáculos logísticos en sus campañas de vacunación.