Los precios al consumidor en Estados Unidos se dispararon 7.0% en 2021, la subida más alta desde 1982, una preocupación mayor para el presidente Joe Biden, quien prometió detener la espiral inflacionaria.
Los precios de la energía subieron 29.3% y los de los alimentos 6.3%, según el índice CPI (IPC) divulgado el miércoles por el Departamento de Trabajo. Si se excluyen estos sectores volátiles, la inflación subyacente alcanzó 5.5%, su nivel más alto desde febrero de 1991.
El presidente Biden aseguró, al conocerse estos datos, que se registran algunos “progresos” en el combate a la inflación, al comparar cifras mensuales.
En una declaración, el mandatario destacó una reducción significativa en la inflación el último mes.
El informe de hoy demuestra que estamos haciendo progresos”, pero “al mismo tiempo, (…) tenemos más trabajo por hacer pues los aumentos de precios todavía son demasiado altos y presionan los presupuestos de las familias”, sostuvo.
El informe de coyuntura de la Reserva Federal conocido como Libro Beige publicado este miércoles señaló en efecto que más comercios comenzaron a notar una desaceleración en los aumentos de precios a fines de 2021.
La oposición republicana en tanto, reprocha al presidente demócrata una política expansiva del gasto, y critica lo que llama la “Bidenflation”.
Joe Biden no parece preocuparse de que los estadounidenses no puedan permitirse nada, desde gasolina hasta productos alimenticios”, tuiteó el Partido Republicano.
La demanda, sin embargo, sigue muy sólida, con cuentas bancarias reforzadas por ayudas oficiales.
Enemigo público
La inflación, que muchos economistas, incluyendo los de la Casa Blanca y de la Reserva Federal, consideraban como un fenómeno transitorio, se volvió el ‘enemigo público número uno’.
El objetivo inflacionario de la Fed se ubica en 2% anual, muy por debajo del registro publicado el miércoles.
Agencias