Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- El Servicio de Administración Tributaria (SAT) fue engañado no por uno, sin por dos hijos del senador de Morena y líder minero, Napoleón Gómez Urrutia.
Ernesto Gómez Casso, al igual que su hermano Alejandro, suplantó su propia identidad para obtener la Firma Electrónica Avanzada (FIEL).
En 2007, cuando Ernesto se encontraba en el exilio junto con su padre –quien era requerido por las autoridades judiciales–, una persona se hizo pasar por el hijo del líder minero para realizar el trámite de la FIEL ante el SAT e incluso entregó un pasaporte con los datos de Ernesto, pero con una fotografía diferente.
El 12 de mayo pasado Reforma exhibió que Alejandro Gómez Casso engañó al SAT y utilizó el mismo procedimiento que Ernesto.
La FIEL (hoy e.firma) sirve de identificación para realizar trámites y servicios ante el Gobierno a través de internet, desde cualquier parte del mundo.
Para 2007, una persona exiliada habría tenido interés en obtener su FIEL para el pago de impuestos, con la finalidad de que no lo fueran a señalar como defraudador fiscal y Hacienda comenzara a investigar sus operaciones. También le puede servir para dar de alta o de baja empresas y cambiar domicilio.
Usan copias
Según documentos oficiales consultados, en el caso de los Gómez Casso, los suplantadores utilizaron como medio de identificación una copia fotostática de los pasaportes expedidos a los hermanos en el Consulado mexicano en Vancouver, Canadá.
En dichas copias se aprecia que fueron sobrepuestas las fotografías de los suplantadores, pues los rasgos fisonómicos coinciden con las imágenes capturadas por el sistema del SAT.
Las fotos sobrepuestas corresponden a quienes hicieron los trámites en las oficinas de enrolamiento.
Dichas copias presuntamente fueron certificadas por un notario y aceptadas por el SAT, que expidió en ambos casos la FIEL.
La obtención de la Firma se hizo cuando el líder minero estaba prófugo de la justicia, pues era requerido por un juez debido a la acusación de un presunto fraude por 55 millones de dólares, y la familia temía que cualquiera de sus integrantes fuera capturado.