La fiscal general del estado de Nueva York acusó a la empresa familiar de Donald Trump de tergiversar repetidamente el valor de sus activos para obtener beneficios financieros, citando lo que dijo eran nuevas e importantes pruebas de un posible fraude.
Las acusaciones de la fiscal general Letitia James suponen una escalada sustancial de su investigación civil sobre los negocios del expresidente republicano de Estados Unidos, la Organización Trump, y el papel de sus hijos adultos.
La iniciativa de la fiscal se enmarca dentro de su esfuerzo para obligar a que Donald Trump y sus hijos Donald e Ivanka cumplan con sus citaciones para testificar bajo juramento, algo que la familia ha pedido a un juez que bloquee.
Ni Trump ni sus hijos han sido acusados de delitos. Aunque James no puede presentar cargos penales porque su investigación es civil, puede demandar a los Trump y a la empresa.
El exmandatario ha calificado la investigación de casi tres años de James, una demócrata, como una “caza de brujas” por motivos políticos.
En los documentos presentados a última hora del martes ante un tribunal del estado de Nueva York en Manhattan, James describió lo que ella llamó declaraciones engañosas sobre los valores de seis propiedades de Trump, así como la “marca Trump”.
Las propiedades son clubes de golf en Aberdeen, Escocia, y en los suburbios del condado de Westchester, cerca de la ciudad de Nueva York; la finca Seven Springs en Westchester, edificios en Wall Street y Park Avenue en Manhattan, y el ático de Trump en la Torre Trump.
James ha estado investigando si los valores de los inmuebles se inflaron para obtener préstamos bancarios y se redujeron para pagar menos impuestos.
Pruebas “significativas”
Su presentación describió pruebas de declaraciones falsas a prestamistas, aseguradoras y al Servicio de Impuestos Internos. James quiere que un juez ordene a los Trump que declaren en un plazo de 21 días.
Agencias