Todo parece indicar, tomando en cuenta lo que proyectan los críticos de cine de Estados Unidos, así como algunos sitios especializados dedicados a predicciones fílmicas, que Encanto, la carta de amor hecha a Colombia, se coronará este domingo con el Oscar a Mejor Película Animada. Sin embargo, más allá de ganar esta estatuilla, resulta interesante hablar de la cinta animada Flee, ya que logró algo que nunca había pasado en los 94 años de historia de los premios de la Academia.
La producción dirigida por el danés Jonas Poher Rasmussen consiguió ser nominada a Mejor Película Animada, Mejor Película Internacional y Mejor Documental.
De tal suerte que, y aunque gane Encanto el Oscar en la categoría animada, Flee ya hizo historia.
La película, que llegará a México con Diamond Films, aunque aún no tiene fecha de estreno, ha conquistado al público en general y la crítica cinematográfica desde que se estrenó hace en 2021 en el Festival de Cine de Sundance, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado.
La pieza cuenta la historia de Amin, un afgano que tras la desaparición forzada de su padre huyó junto a su madre y sus hermanas de los talibanes para asentarse en Rusia, donde vivió situaciones extremas de odio, miseria, pobreza, corrupción y trata de humanos.
Con tal escenario, Amin se vio en la necesidad de escapar a Dinamarca, con la condición de que no poder contar nada de su vida pasada. Él aceptó ese trato y llegó a ese país europeo solo, sin saber el idioma, escondiendo toda su historia, así como su homosexualidad (ilegal en Afganistán) por miedo a que a su familia le pasara algo, hasta que, décadas después, ya establecido, le contó su historia a su amigo Jonas Poher Rasmussen, el director de Flee.
El realizador se sintió conmovido por la historia de Amin (seudónimo) y quiso llevar su historia al cine, sin embargo, Amin no quiso hacerlo por miedo a represalias. Al no poder usar la imagen de Amin, Jonas pensó que la animación sería el vehículo perfecto para poder contar su historia, respetando así el anonimato de su amigo.
“Todo surgió a través de la conversación entre dos amigos. Primero pensé que podía hacer un corto documental de 20 minutos, pero me di cuenta de que necesitaba más. No fue hasta 2013, cuando fui a un taller de animación de documentales, que me preguntaron que si tenía una idea para llevar a cabo y pensé en Amín. Creí que con la animación lograría que al final se sintiera cómodo para contar su historia y pude usar su voz real en la película, manteniendo el anonimato”, ha contado Jonas Poher.
Pase lo que pase este domingo en la 94 edición del Premio Oscar, Flee ya se anotó un gran pase a la historia del cine.
Pocas posibilidades tienen las cintas de Pixar, Luca, inspirada en la zona marítima de Italia; así como Raya y el último dragón, dirigida por el mexicano Carlos López Estrada o La familia Mitchell vs. las máquinas, producción de Netflix.
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