La guerra en Ucrania entró este martes en su cuarto mes de combates, ahora concentrados en el este, donde las tropas rusas quieren terminar con las últimos focos de resistencia en la región de Lugansk, en la cuenca minera del Donbás.
Tras alejar a las fuerzas invasoras de las dos grandes ciudades del país, la capital Kiev y la nororiental Járkov, los ucranianos reconocen “dificultades” para contener el avance ruso en el Donbás, que incluye las regiones de Lugansk y Donetsk.
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“Las próximas semanas de guerra serán difíciles”, advirtió el lunes por la noche el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Los ocupantes rusos se esfuerzan en demostrar que no abandonarán las zonas ocupadas de la región de Járkov (noreste), que no entregarán la región de Jersón (sur), los territorios ocupados de la región de Zaporiyia (sureste) y el Donbás (este), comentó Zelenski.
La situación es “extremadamente difícil” en el Donbás, donde los rusos buscan “eliminar todo lo que esté vivo”, denunció el mandatario.
Las fuerzas armadas ucranianas indicaron este martes en Facebook que las fuerzas rusas llevaban adelante “operaciones ofensivas” ininterrumpidas en la región y agregaron que “el enemigo está ejerciendo un fuego intenso a través de toda la línea de contacto”.
Agencia.