La inflación en Alemania se aceleró en agosto a su nivel más alto en casi 50 años, superando un máximo anterior establecido solo tres meses antes, según datos que refuerzan los argumentos para que el Banco Central Europeo apueste por una gran subida de las tasas de interés el próximo mes.
Los precios al consumidor, armonizados para hacerlos comparables con los datos de inflación de otros países de la Unión Europea (HICP), aumentaron un 8.8% en términos interanuales, luego de un incremento inesperado del 8.5% en julio, dijo la oficina federal de estadísticas.
La lectura anual del HICP de agosto estuvo en línea con una encuesta de analistas que predijo un aumento del 8.8%.
El aumento de agosto se da pese a medidas destinadas a sofocar la inflación, incluidos boletos de transporte público más baratos y un recorte del impuesto al combustible.
Sin ninguna medida paliativa, los analistas prevén que la inflación en la mayor economía de Europa podría alcanzar los dos dígitos antes de finales de 2022.
“A juzgar por la actual tasa de inflación y por lo que está por venir, el BCE debería lanzar un paso de tasas de interés de gran envergadura”, opinó el economista jefe de VP Bank, Thomas Gitzel.
El BCE subió en julio su tipo de depósito 50 puntos básicos, a cero, y hasta hace poco se esperaba una alza similar para septiembre, pero una serie de autoridades monetarias abogaron por debatir también una de 75 puntos básicos.
Con un 8.9%, la inflación de la zona euro ya es más de cuatro veces superior al objetivo del 2% del BCE y podría superar el 10% en los próximos meses.
La inflación alemana subió 8.7% en mayo, alcanzando por primera vez niveles de 1973/1974, según la oficina de estadísticas.
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