El conflicto entre Israel e Irán escaló de forma significativa este jueves, luego de que un misil iraní impactara en el principal hospital del Sur de Israel, en la ciudad de Beersheba, y otros misiles alcanzaran zonas residenciales cerca de Tel Aviv, dejando un saldo total de 240 personas heridas, cuatro de ellas graves.
“Ha recibido instrucciones y sabe que para lograr todos sus objetivos, este hombre no debe seguir existiendo”, declaró el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, en referencia al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei.
Según el Ministerio de Salud israelí, más de 70 de las personas lesionadas eran pacientes del Centro Médico Soroka, que fue evacuado parcialmente tras el ataque. La información fue confirmada por The Associated Press (AP).
Dos médicos señalaron que el misil cayó tras sonar las sirenas antiaéreas y causó una explosión cercana al área de quirófanos los cuales recientemente habían sido desocupados. El hospital, con más de mil camas, suspendió todos sus servicios excepto para pacientes en riesgo vital.
Un funcionario militar israelí aseguró que Irán utilizó un misil con múltiples ojivas, una tecnología que representa un reto para sistemas de defensa aérea como el Domo de Hierro.
Como represalia, Israel atacó el reactor de agua pesada de Arak, clave en el programa nuclear iraní.
“El ataque tuvo como objetivo el componente destinado a la producción de plutonio, con el fin de evitar que el reactor fuera restaurado y utilizado para el desarrollo de armas nucleares”, indicó el ejército israelí en un comunicado.
La televisión estatal iraní afirmó que no hay peligro de radiación tras el ataque. Las instalaciones fueron evacuadas y no se reportaron daños en zonas civiles cercanas.
Según un grupo iraní de derechos humanos con sede en Washington, más de 639 personas han muerto en Irán, incluidas 263 civiles, mientras que en Israel han fallecido al menos 24 personas y cientos han resultado heridas tras el lanzamiento de más de 400 misiles y drones por parte de Irán.
Israel ha respondido con ataques a instalaciones militares, plantas nucleares y la muerte de altos funcionarios iraníes. Las autoridades israelíes reconocen que sus defensas, aunque robustas, no son infalibles.
El presidente Donald Trump fue informado sobre un plan israelí para asesinar a Jamenei, pero lo vetó, asegurando que “no había planes para matarlo, al menos no por ahora”.
Mientras tanto, el ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, anunció que viajará a Ginebra para reunirse con funcionarios de Reino Unido, Francia, Alemania y la Unión Europea, en un intento por abrir una vía diplomática.
El reactor de Arak, que fue rediseñado tras el acuerdo nuclear de 2015, había sido sellado con hormigón para limitar su uso. Sin embargo, en 2019 Irán reconoció haber adquirido repuestos para revertir esta modificación.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) había perdido el control sobre las inspecciones en el sitio, lo que generó preocupación internacional.
