¡Mascarita está de regreso tras 17 años de haber debutado en la pantalla grande y ahora se lanza desde la tercera cuerda hacia el streaming, junto a su fiel compañero y guardaespaldas Tony El Caníbal! ¡A dos de tres caídas y sin límite de tiempo, los luchadores se enfrentarán a su pasado, a la búsqueda de su identidad y a terroríficos villanos como un organillero del Centro Histórico, dos ladrones con poca suerte y un contrincante que busca vengar a su padre!
Es así como el actor Joaquín Cosío retoma a uno de sus personajes emblemáticos en el spin-off de Matado Cabos 2: La máscara del máscara. La historia, matizada con humor negro, drama y con una hechura muy al estilo del cine gore, en el que no faltan vísceras y sangre expulsada a chorro, hace un homenaje a la lucha libre mexicana. Estará disponible a través de Amazon Prime Video a partir del 1 de octubre.
“Después de tantos años, se vuelven a proyectar estos personajes que tuvieron tanto éxito y que fueron muy bien recibidos por el público. Los productores decidieron hacer otra historia, donde los personajes de Matando Cabos retoman una serie de aventuras, que es lo que significa la película La máscara del máscara. Es de mucha acción, vistosa y espectacular, enfocada a atraer a los jóvenes y a los nuevos públicos.
“Se trata de una nueva versión, con un tratamiento de Alejandro Lozano, quien fue también el director de Matando Cabos. La retomó e hizo una película con ingredientes que pudieran ser muy atractivos en estos momentos. Me gustó bastante el resultado y la serie de enemigos nuevos que tienen Mascarita y Tony El caníbal. Hay personajes icónicos y ahora hay una niña protagonista, Aranda Sokol, con un trabajo interesante y divertido”, expresó Joaquín Cosío en exclusiva.
El actor mexicano destacó que La máscara del máscara, de Lemon Studios, tiene referencias al cine de culto de la lucha libre mexicana, en el que había un enfrentamiento entre el bien y el mal con personajes, que se convirtieron en héroes mexicanos, como El Santo o Blue Demon.
“Soy un actor que creció toda su infancia con estos muñecos, estos luchadores de pasta, que eran encabezados por El Santo y Blue Demon, y en un gusto muy particular por El rayo de Jalisco, que era mi luchador preferido. Este personaje, Mascarita, es sacado de los gimnasios oscuros, donde se entrena, y fue lo que permeó mi infancia en buena manera. Por lo tanto, ahora volviendo a hacer esta leyenda de La máscara, me regocija y divierte mucho.
“Hemos hecho una mancuerna muy divertida con Silverio Palacios, como Tony El caníbal, y se trataba de retomar el espíritu del Mascarita. Corporalmente, hicimos un trabajo muy normal, porque no tenía que mostrar ningún tipo de cuerpo modelado. Nos fuimos años atrás para saber qué buscaba, qué quería, qué logró y qué no, para volver a confeccionarlo en esta nueva etapa. Eso fue lo más complejo”, dijo.
La búsqueda de la identidad y el enfrentamiento ante la relación con su padre es otra de las vertientes de esta historia.
“La película tiene una versión más dramática, que es la vinculación con su familia, con su padre, a quien le roban la máscara. De pronto, Mascarita, este personaje solitario, ahora aparece con afectos que lo obligan a iniciar toda la aventura.
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