CIUDAD DE MÉXICO.- No es que se haya acelerado la transición para Juan Reynoso, “es que el tiempo en que un futbolista se retira se enfrenta ante la indefinición”, relata Raúl Arias, quien puso el primer ladrillo en la carrera del peruano como técnico.
Juan Máximo Reynoso llegó a México en 1994. Jugó ocho años en Cruz Azul y fue campeón como jugador en 1997 y como técnico en 2021. Su última etapa fue un exilio de dos años en el Necaxa, en donde coincidió con Raúl Arias.
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“Me habló el promotor Carlos Hurtado para avisarme que Reynoso no seguiría en Cruz Azul. Yo tenía un par de centrales improvisados, pero que lo habían hecho bien: Sergio Almaguer y Markus López, y por supuesto que acepté su llegada al equipo”.
Antes, tuvo una comida con Luis Fernando Tena, técnico que ocupaba a Reynoso en el equipo campeón del 97.
“Le pregunté por él y me dio los mejores detalles, que era un tipo serio y disciplinado. Pero hubo un episodio que me contó sobre su calidad. En esa final ante el León, el ambiente estaba caldeado y la primera pelota que llega al área era para un rechace intrascendente. Pues bien, dice Tena que
Juan Reynoso la bajó con el pecho, la pisó, se quitó a dos rivales y salió jugando. Era de una clase que permitió un parteagüas en ese partido para que su equipo jugara mejor”.
Para Arias, un rabioso seguidor de Cruz Azul desde niño, además de que fue jugador de este equipo en la década de los 80, Reynoso era un orden establecido en La Máquina. De hecho, va más allá: “Mira, desde niño recortaba fotos, vi jugar a Javier Kalimán Guzmán, a Miguel Ángel Cornero, El Confesor, a increíbles defensas y ninguno igual a la calidad de Juan Reynoso, para mí el mejor central en la historia de Cruz Azul”.
La verdad es que Reynoso anduvo con paso ligero y silencioso en Necaxa.
A los 35 años el hoy estratega peruano entendía que el final sobre las canchas se acercaba y el florecimiento de otra etapa tenía que llegar.PUBLICIDAD
“No me pidió ser mi auxiliar técnico, pero uno se da cuenta quién tiene el perfil”, apunta Arias; “así que después de cuatro torneos se lo propuse. Él ya traía nociones. Siendo jugador se iba antes con el secretario técnico a los aeropuertos y ordenaba los pases de abordar, orientaba a sus compañeros”.
Sorprendió a Arias las formas de Reynoso: “Estaba desbordado como auxiliar al punto que teníamos que frenarlo. No siempre estuvimos de acuerdo y eran acalorados debates tácticos”.
El último título de Cruz Azul culminó una angustia de 24 años y Reynoso se convirtió en una realidad.
“Hablamos, lo celebramos, porque siempre fue muy agradecido y desde que le brindé esa oportunidad le vi detalles de un gran entrenador”.
Agencias.