El líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, conminó este viernes al mundo a que deje de “entrometerse” en los asuntos afganos y afirmó que la aplicación de la ley islámica es la clave del éxito de su país.
Akhundzada, que normalmente vive retirado de la vida pública, tomó la palabra en Kabul ante una asamblea de eruditos religiosos convocada por el régimen para consolidar su poder.
“Nos dicen: ‘¿Por qué no hacen esto, por qué no hacen aquello? ¿Por qué el mundo se entromete en nuestros asuntos? No aceptaremos directivas de nadie. Sólo nos inclinaremos ante Alá Todopoderoso”, dijo Akhundzada en un discurso de una hora transmitido por la radio estatal.
Más de 3.000 religiosos y líderes tribales están reunidos desde el jueves en la capital afgana para un consejo de tres días destinado a legitimar el régimen talibán.
La prensa, que no pudo acceder a la concentración, llevaba varios días especulando sobre la posible participación de Akhundzada en el evento.
El líder no había sido grabado ni fotografiado en público desde la llegada al poder de los talibanes en agosto. Sólo se habían hecho públicas grabaciones de audio suyas, pero que no han podido ser autentificadas de forma independiente.
A pesar de su discreción, Akhundaza, que según estimaciones tiene más de 70 años de edad, mantiene, según los analistas, un férreo control sobre el movimiento de los talibanes y ostenta el título de “Comandante de los Fieles”.
El líder dijo que el éxito del régimen dependerá en su capacidad de romper con “la corrupción, el egoísmo, la tiranía, el nacionalismo y el nepotismo”, características, según él, de los gobiernos que se sucedieron en las últimas dos décadas en Afganistán, tras el último paso de los talibanes en el poder (1996-2001).
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