H. MATAMOROS, Tamaulipas.- El Gerente General de la JAD, Guillermo Lash De la Fuente, hace un llamado a usuarios y ciudadanos en general para que se valoren las labores de limpieza que cada viernes realizan empleados de la Junta de Aguas y la colaboración de algunos ciudadanos, pues la ciudad se ha visto menos afectada en lo que a inundaciones se refiere tras las pasadas lluvias.
“A Matamoros y los matamorenses les favorecen las acciones preventivas las acciones que se realicen antes de que sucedan situaciones y fenómenos atmosféricos como tormentas o huracanes propios de esta temporada, de ahí el que se tenga que insistir y destacar no solo el trabajo de las cuadrillas de los trabajadores de la Junta de Aguas sino de la participación de la ciudadanía en todo lo que se refiera a la limpieza”, señaló el gerente.
Personal de la JAD ha estado intensificando sus acciones de recolección de todo tipo de basura, ante la inconstante labor de recolecta del departamento municipal correspondiente, llegando los empleados a sacar entre 30 y 35 toneladas de basura por semana tan solo de alcantarillas, bocas de tormenta, rejillas, canales, drenes-
Dicha basura, detalla el organismo, es la que no se colecta de banquetas, camellones o frente de negocios y viviendas, así como desde los tiraderos clandestinos en los que desafortunadamente mucho tienen que ver los llamados carretoneros, que sin bien resuelvan de momento un problema de alguna vivienda o familia que les da unos pesos, ese ejercicio se convierte en un problema cuando éste se lleva la basura a tirar algún baldío y de ahí en cuanto se presenten lluvias esa basura se va al sistema de drenaje pluvial o sanitario.
“Estamos apelando a la comprensión y la concientización de la ciudadanía matamorense que sabe que Matamoros es un terreno plano, que es una zona en donde existieron esteros que fueron llenándose de urbanidad, que el manto freático es muy elevado, de tal manera que esta región es inundable por completo”.
En este sentido, Guillermo Lash insistió en que es necesario la participación de los habitantes con acciones tan simple como el no permitir que las alcantarillas se llenen de tierra y piedras que no fueron barridos del frente de las viviendas o negocios, de botellas de plástico, de platos y todo tipo de desechables, a fin de poder evitar en la medida de las posibilidades que los encharcamientos e inundaciones cada vez sean menos frecuentes, hasta que exista la posibilidad de que eso sean solo recuerdos.
