El ministro de Sanidad ucraniano, Oleh Lyashko, dijo que 57 personas murieron y 169 resultaron heridas el jueves después de que Rusia lanzara una invasión a gran escala en Ucrania.
Por otra parte, el viceministro de Defensa informó de que seguían produciéndose intensos bombardeos rusos en la región oriental de Donetsk.
Dos ucranianos que huían de una invasión rusa se quedaron el jueves en la frontera con Hungría con sus maletas a la espera de que llegaran sus familiares que viven en ese país para ponerlos a salvo.
Csaba Bodnar, de 27 años, y su hermano menor Tamas, ambos de la gran minoría étnica húngara del oeste de Ucrania, se despertaron con la noticia de la invasión y se pusieron en marcha inmediatamente, temiendo ser reclutados por el Ejército ucraniano.
“Nadie quiere ser reclutado, nadie quiere morir”, dijo Tamas. “Está claro que los que pueden, huyen”.
Ellos estaban entre los pequeños grupos de personas que salían de Ucrania por el cruce de Beregsurany hacia Hungría, algunos procedentes de lugares tan lejanos como la capital Kiev, a más de 800 kilómetros al este, tras la invasión de Rusia.
Los hermanos tenían previsto empezar a trabajar en Hungría a partir de la próxima semana en la ciudad de Komárom, cerca de la frontera con Eslovaquia, pero el ataque aceleró sus planes.
Agencias