JERUSALÉN.- Benjamin Netanyahu parece encaminarse este miércoles a un histórico quinto mandato como primer ministro de Israel.
Con el 97.4 por ciento de los votos ya contados, los resultados indican que el partido de Netanyahu, el Likud, y un grupo de partidos aliados de la derecha, tendrían entre 65 y 67 bancas de las 120 del parlamento israelí.
Con una victoria, Netanyahu lograría su cuarto mandato consecutivo y quinto en total, lo que le convertiría este verano en el gobernante que más tiempo ha liderado Israel, superando al fundador David Ben-Gurion.
El resultado afirmó el giro continuado de Israel hacia la derecha y redujo más las esperanzas de hallar una solución negociada al conflicto israelí-palestino.
La reelección daría un importante impulso a Netanyahu, que podría ser imputado en una serie de escándalos de corrupción.
Aún está por ver si algunos partidos pequeños cruzarían el umbral de la representación parlamentaria, de modo que la composición de la cámara aún no está clara.
En cualquier caso, el país se enfrenta ahora a lo que podrían ser semanas de negociaciones políticas por la composición de la coalición gobernante.
En todos los escenarios posibles, Netanyahu era el gran ganador.
El veterano mandatario había librado una campaña muy ajustada contra un militar retirado, el centrista Benny Gantz, cuya joven formación Azul y Blanco se había convertido en una alternativa viable de gobierno.
Los resultados finales lo mostraban igualado con Likud en 35 escaños, pero la mayoría de sus apoyos parecían llegar a expensas del Partido Laborista y el Meretz, dos agrupaciones antiguas que registraron mínimos históricos en los comicios del martes.
Junto con sus socios actuales, formaciones nacionalistas y ultraortodoxas, Netanyahu no debería tener problemas en formar una coalición con mayoría en la cámara de 120 escaños.
“Es una noche de tremenda victoria”, dijo Netanyahu a sus seguidores el miércoles por la mañana, indicando que ya había empezado a hablar con partidos conservadores y religiosos sobre una nueva coalición.
“Quiero dejarlo claro, será un gobierno de derecha, pero pretendo ser el primer ministro de todos los ciudadanos israelíes, de izquierda o de derecha, judíos o no judíos por igual”, añadió.
Su mensaje de unidad marca un gran contraste con su campaña, en la que acusó a Gantz de conspirar con partidos árabes para derrocarle.
Con información de: Excélsior