En misiones anteriores, el especialista de la Guardia Nacional Michael Stockwell vigiló un tramo desolado de la frontera entre México y Estados Unidos durante un pico de inmigración e hizo guardia en una serie de controles de carretera y cercas colocadas en torno al Capitolio estatal de Nueva México tras la insurrección en Washington de enero de 2021.
En esta ocasión, Stockwell ayuda a los estudiantes con sus tareas como profesor sustituto de ciencias en la Escuela Secundaria de Alamogordo. “No se puede actuar como en el Ejército con estos chicos. No se les puede hablar como haría uno con otro soldado. No se les puede tratar de la misma forma.
Hay que tener cuidado con las medidas correctivas”, dijo con una carcajada. Docenas de soldados de la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea en Nuevo México han intervenido ante una emergencia diferente a todas las que han enfrentado antes: una escasez de profesores y personal de escuelas que ha puesto a prueba la capacidad de los centros de todo el país para seguir operando durante la pandemia del coronavirus.
Aunque muchos otros estados y distritos escolares han pedido sustitutos en picos de contagios impulsados por la variante ómicron del virus, Nuevo México ha sido el único en recurrir a la Guardia Nacional. En 36 de los 89 distritos escolares, los guardias nacionales han cambiado los planes de misión por la programación académica para trabajar en centros educativos. Cuando Stockwell llegó a la clase de ciencias de noveno grado, con su uniforme y sus botas de combate, algunos estudiantes creían que estaba de visita, como un reclutador. Entonces se sentó en la silla del profesor.
“Cuando empezó a pasar lista pensé ´vaya´”, dijo Lilli Terrazas, de 15 años, de Alamogordo. “Estaba un poco nerviosa porque, ya sabe, un hombre de uniforme. Pero estuvo bien. Me ayudó”.
Unos 80 guardias nacionales se han presentado voluntarios para trabajar en escuelas. Los soldados han pasado comprobaciones de antecedentes y hecho breves cursos requeridos para profesores sustitutos. Como sustitutos, no tienen que aprenderse todo el programa, pero deben atender a los alumnos. Stockwell cubre el puesto desde finales de enero, cuando el profesor de sus alumnos se trasladó a un puesto administrativo en otra escuela.
En un día reciente paseaba ente las filas de escritorios escolares, se arrodillaba para ponerse a la altura de los estudiantes y les ayudaba con ejercicios para calcular la profundidad de la corteza terrestre y otras capas del planeta. La gobernadora Michelle Lujan Grisham, demócrata, recurrió a la Guardia para abordar la grave falta de personal en un estado que, como otros, ha tenido problemas para encontrar educadores.
Al menos 100 escuelas cerraron al menos un día de este curso escolar. Nuevo México registró un pico de jubilaciones de profesores el pasado otoño y ahora tiene unos 1.000 puestos abiertos de docente, en un estado con unos 20.000 profesores. Grisham recalcó que el despliegue militar es una medida temporal y que las autoridades del estado trabajan para reforzar el cuerpo docente y el personal de las escuelas con subidas salariales y otras medidas.
En Alamogordo, la falta de personal tocó techo el 13 de enero, cuando faltaban 30 profesores, en torno a un tercio del personal docente, debido a enfermedad, emergencias familiares o procesos de formación. “Todo el mundo estaba disfrutando de sus vacaciones y cosas así, y cuando volvieron estaban enfermos”, dijo Raeh Burns, una de las dos secretarias de la Escuela Secundaria de Alamogordo encargada de cubrir puestos de profesor cada mañana. “Sé que voy a tener al señor Stockwell todas las mañanas y que le parece bien ir a donde necesite que vaya”.
En algunas comunidades se han expresado reservas por tener soldados en los salones. En Santa Fe se preguntó al distrito escolar si los soldados llevarían uniforme e irían armados, indicó el vocero del distrito escolar Cody Dynarski.
Las armas nunca fueron una opció. El distrito decidió que los soldados vestirían de civil. Al final, Santa Fe y Albuquerque, dos de los distritos escolares más grandes, no recibieron soldados pese a sus peticiones porque se han priorizado distritos más pequeños y rurales.
En otros lugares, cuando se les dio la opción, algunos soldados optaron por vestir el uniforme en lugar de ropa de paisano para imponer respeto en las clases, especialmente si no son mucho mayores que sus alumnos. “Creo que sin el uniforme aparento 18 años”, dijo Cassandra Sierra, de 22 y residente en Roswell, Nuevo México, que ha servido como profesora suplente en una escuela secundaria en Hobbs. Sierra ya trabaja con niños en su trabajo habitual como coordinadora estudiantil en un internado militar en Roswell, lo que le ha ayudado en su labor de sustituta.
“Los niños sólo necesitan paciencia”, dijo. “Creo que tengo mucha paciencia”.
En una escuela intermedia en la Base Aérea de Holloman, en Alamogordo, los estudiantes están acostumbrados a ver gente de uniforme, pero no en los salones de la escuela. “Pensé, ´Oh, vamos a tener alguien de uniforme dando clase.
Es un poco incómodo´. Fue raro”, dijo Andrew George, de 12 años, de su clase de informática impartida por una mujer con formación de combate y experiencia al mando de un pelotón en misiones en el extranjero.
“Cuando se presentó pensé ´Ah sí, esto será divertido´”. La sustituta, la teniente Amanda Zollo, trabaja en el centro de llamadas del 911 en Albuquerque cuando no está entrenando o sirve con la guardia.
Mantuvo a los alumnos centrados durante una lección sobre ciberseguridad, en la que crearon contraseñas y después intentaron adivinar las de sus compañeros. Zollo sustituía a una maestra que no conseguía encontrar guardería.
El Mañana