El atacante fue identificado como “Philipp F”, de 35 años y era un ex testigo de Jehová, que había obtenido el año pasado un permiso de armas como tirador deportivo que le permitió adquirir la pistola que usó en el ataque contra esa comunidad, anunciaron este viernes en una rueda de prensa conjunta las autoridades policiales y la fiscalía.
El apellido del hombre es Fusz, como se puede ver en la captura de su página web, pero las autoridades alemanas evitan dar el nombre completo del sospechoso.
El tirador, que se quitó la vida cuando la policía penetró en el edificio, no disponía de antecedentes penales ni se habían presentado denuncias de ningún tipo contra él, pero el jefe de policía de esa ciudad del norte de Alemania, Martin Meyer, explicó que un informante anónimo había alertado que, debido a un trastorno psiquiátrico sin diagnosticar, no era un candidato adecuado para un permiso de armas.
Fusz se hizo pasar por consultor, estudió Finanzas y operaba un sitio web extraño según la información de SPIEGEL.
El medio alemán también reseñó que el tirador creció en una familia estrictamente evangélica. Después de trabajar en un banco, estudió administración de empresas. Luego ocupó “diversos puestos de gestión con orientación internacional”. Se describió a sí mismo como un “europeo confeso”.
Entre los servicios que ofrecía se destacaba la consultoría en “control” y “teología”, pero cobraba una tarifa diaria astronómica por sus servicios. Una vez escribió que “como suele ser recomendable ver las cosas en un contexto más amplio, mi tarifa mínima diaria es de 250.000 euros (casi 270 mil dólares).
Las autoridades realizaron las diligencias correspondientes pero de acuerdo con los resultados de la inspección que se llevó a cabo no se adoptaron más medidas y a F. no se le retiró el permiso de armas, señaló el responsable policial.
“Un soplo anónimo de alguien que manifiesta preocupación porque alguien pueda tener un trastorno psíquico no es una base sobre la puedan adoptarse medidas”, remachó Meyer ante las preguntas de la prensa y argumentó que esa posibilidad llevaría a un clima de denuncia mutua entre la ciudadanía.
La relación entre el tirador y la comunidad de testigos de Jehová que atacó no ha sido todavía esclarecida por completo y las autoridades investigan si la abandonó por voluntad propia o si fue expulsado debido a algún tipo de disputa.