Ayer, al finalizar una manifestación por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un grupo de jóvenes con el rostro cubierto irrumpió violentamente en el Campo Militar 1-A.
Cerca de la una de la tarde, después de que la mayoría de los estudiantes se retirara, algunos manifestantes lanzaron petardos contra las instalaciones. Posteriormente, usaron un camión de mercancías para embestir la Puerta 1, dejándolo incrustado en las rejas de acceso, e incendiaron la unidad con explosivos caseros. También se realizaron pintas en la fachada. El personal militar dentro del campo se preparó con escudos y tanques para la dispersión, aunque no se reportaron lesionados.
Exigencia de los Padres a la SEDENA
La protesta se dio en la víspera del 11.º aniversario de la desaparición de los estudiantes. Las madres y padres de los 43 normalistas reiteraron su exigencia al Ejército para que entregue los 800 folios que, consideran, contienen información crucial para esclarecer el caso.
Los familiares y su equipo legal cuestionaron el privilegio que goza la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) al seguir ocultando la verdad y negando el acceso a estos archivos. Melitón Ortega, vocero de las familias, demandó a la institución “que no intenten borrar, desaparecer y destruir todas las evidencias”.
Emiliano Navarrete, padre de uno de los estudiantes, recordó que informes del GIEI señalan que el Ejército “infiltró” la Normal de Ayotzinapa, lo que implica que tenían conocimiento de los hechos antes y durante la noche de la desaparición en 2014. Los padres enfatizaron que no abandonarán su lucha hasta que se aclare la verdad y se haga justicia.